Dr. Pedro Nueno

Dr. Pedro Nueno

Pedro Nueno, profesor de IESE Business School-Universidad de Navarra, presidente de la Escuela de Negocios Internacional China-Europa y académico de número y presidente de la Sección de Ciencias Sociales de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), lideró el pasado 4 de julio un nuevo encuentro del Grupo de Harvard que él mismo impulsa y que en esta ocasión se reunió en Boston y Nueva York para estudiar cómo mejorar la captación de inversiones para las empresas catalanas y analizar el futuro de Barcelona como ‘hub’ y polo de atracción empresarial. Tal y como recoge un amplio reportaje publicado en «Dinero», el suplemento económico del diario «La Vanguardia», la capital catalana se sitúa aún detrás de los ‘hubs’ europeos de cabecera, como Berlín, París o Londres, en términos de captación de recursos financieros para invertir. Rezagada incluso, en ese aspecto, en comparación con capitales aparentemente menos destacadas, como Milán o Ámsterdam.

En el encuentro participaron personalidades de la empresa española de primer nivel, formadas en la prestigiosa universidad estadounidense e invitados del tema en debate como Eran Orr, consejero delegado de XRHealth; Josep Maria Romances, presidente de Closa Investment Partners: Josep Lluís Sanfeliu, presidente y cofundador de Asabys Partners; Ignacio García Nieto, consejero delegado de Riva y García; Iduun Jonsdottir, consejero delegado de IESE en Nueva York; Helena Guardans, presidenta de Webhelp Spain; Ildefonso García Serena, publicista y consejero delegado de GRM y embajador extraordinario de la RAED; Michael Goldenberg, director general y director corporativo de Value Retail; Maite Malet, ejecutiva de Absys en Nueva York; Fernando Serrate, asesor de empresas y ex responsable en Catalunya de KPMG; Ramon Benet, Venture Partner de Asabys Partners; Liling Qi, socia directora de Qimeng Abogados y directora general de Puente China-España, y Santiago Tarín, presidente ejecutivo de Master Consulting.

Los participantes coincidieron en que Barcelona atisba una nueva fase de su desarrollo coincidiendo con los relevos en su alcaldía y con cambios estructurales como la decadencia de la industria tradicional, los límites del turismo, los imperativos derivados de la lucha contra el cambio climático o la necesidad de políticas de vivienda que atajen la desigualdad, explica en la información citada el periodista Manel Pérez. «Es posible que el tradicional alejamiento empresarial local de las actividades financieras y la actitud refractaria a la financiación externa expliquen las escasas vinculaciones con el mundo financiero global. Siempre es difícil adivinar la causa, pero la constatación evidente es que Barcelona, en términos financieros, es una plaza casi desierta, con poca representación directa de los grandes inversores u operadores del mercado de capitales e inversión y con una capacidad limitada de generar recursos internos, es decir a través de la inversión de los empresarios locales o de sus ‘family offices’, pues éstas son un grupo reducido y mayoritariamente con un alcance bastante limitado», señala Pérez acerca de las reflexiones del debate entre los emprendedores y expertos en desarrollo empresarial.

Uno de los asuntos que se debatieron en el encuentro fue la polémica ampliación del aeropuerto de El Prat, considerada por los expertos como un elemento fundamental de impulso y desarrollo económico. A ello se situaron diversas limitaciones políticas y administrativas y una original receta en la que todos coincidieron: la fórmula de las cinco C. Son las iniciales de cinco conceptos considerados clave para el futuro de Barcelona y Cataluña como referentes internacionales. Empezando por las «conexiones», donde precisamente la ampliación del aeropuerto focalizó el debate, y siguiendo por la «comunicación» y la imagen, que al entender de los expertos está descuidada, a la hora tanto de informar de lo que se hace al mundo exterior como al mundo económico barcelonés. Otra de las C es la de «cultura», ya que según los analistas hace años que no se producen propuestas dinamizadoras, y otra la de «cooperación», en particular la público-privada, considerada como desoladora, y la institucional, por cuestiones meramente políticas y partidistas. La última C es la de «correr», en referencia a la agilidad de la que deben dotarse las empresas para competir.