José Ramón Calvo, asesor estratégico del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación, presidente del Comité Médico de la sección Cuídate+ del portal especializado 65ymás, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina del País Vasco y académico de número y presidente del Instituto de Cooperación Internacional de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), reflexiona sobre la marginación de las personas mayores en los ensayos clínicos en una entrevista publicada por 65ymás el pasado 30 de septiembre. Esta publicación ha realizado un completo informe que confirma el poco peso de este importante y creciente segmento de población en los países occidentales en este tipo de estudios que determinan la evolución de los sectores sanitario y farmacéutico.
El experto considera que la exclusión de personas mayores en ensayos clínicos puede considerarse una forma de discriminación por edad, aunque muchas veces no es intencional. El problema, en su opinión, es que esta práctica limita la capacidad de evaluar adecuadamente la eficacia, la dosis y los efectos adversos de los tratamientos en esta población que es, efectivamente, la que más medicamentos consume. Para combatirlo, el presidente del Comité Médico de Cuídate+ propone regulaciones más estrictas, con obligaciones para que haya más mayores y se justifiquen los casos de exclusión, y nuevos diseños con protocolos que consideren las necesidades y limitaciones de los mayores, como la polifarmacia y la presencia de más de una enfermedad. Pero también considera importante una labor de educación y concienciación a los mayores sobre la importancia de su participación en estos ensayos, así como incentivos para la industria farmacéutica para que incluyan a mayores en sus estudios, como recoge la publicación.
«El tema de la inclusión de personas mayores en ensayos clínicos está ganando visibilidad en el ámbito médico. Organizaciones como la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología y muchas publicaciones científicas están abordando este problema y promoviendo la inclusión de mayores en investigaciones clínicas. En mi opinión, las razones para la baja representación de mayores en ensayos clínicos incluyen sobrecostes adicionales. Es decir, incluir a personas mayores puede aumentar los costes debido a la necesidad de un seguimiento más intensivo y la gestión de comorbilidades. También puede suponer mayores riesgos y complicaciones debido a que los mayores tienen más comorbilidades y pueden ser más propensos a efectos adversos, lo que puede complicar la realización de los ensayos. Pero a esto se suma que históricamente ha habido menos interés en investigar cómo los medicamentos afectan a los mayores, aunque esto está cambiando afortunadamente y una buena prueba de esto es el proyecto Predict financiado por la Unión Europea para abordar este problema», explica Calvo.
El académico aboga por la implementación de políticas que obliguen a incluir a mayores en los ensayos clínicos, a menos que haya una justificación médica para su exclusión; diseños de ensayos adaptados; protocolos que consideren las necesidades y limitaciones de los mayores, como la polifarmacia y las comorbilidades; campañas informativas para concienciar a los mayores y a sus cuidadores sobre la importancia de su participación en ensayos clínicos, y el establecimiento de incentivos a las empresas farmacéuticas para que incluyan a este importante segmento de la población en sus estudios. «Aunque la industria farmacéutica, sin duda, y las autoridades sanitarias comunitarias están empezando a prestar más atención a las necesidades de los mayores, aún queda mucho por hacer. La falta de representación adecuada en ensayos clínicos sugiere que aún no se les tiene suficientemente en cuenta, especialmente considerando que son los principales consumidores de medicamentos. Sin embargo, hay un creciente reconocimiento de la importancia de incluir a esta población en la investigación clínica», concluye el presidente del Instituto de Cooperación Internacional de la RAED.