Enrique Sada Sandoval

Enrique Sada

El historiador mexicano Enrique Sada, colaborador de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), recupera con motivo del sexto aniversario de los terremotos que asolaron los estados mexicanos de Chiapas y Morelos el fraude que, según certificó el Instituto Nacional Electoral, cometió el actual presidente, Andrés Manuel López Obrador, cuando aún era candidato, tras la promesa de una concesión de ayudas a las víctimas en el artículo «Días de septiembre: a seis años del fraude del fideicomiso del sismo», publicado en el portal El Siglo de Torreón el pasado 21 de septiembre.

Haciéndose eco de las investigaciones y testimonios del periodista Ricardo Alemán, Sada señala como desde aquel momento, el Partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de López Obrador estaba más que asesorado para hacer negocio con la creación de su fideicomiso ‘para ayudar a los damnificados’.

«De hecho, no es la primera vez que personas del círculo del presidente arman este tipo de fideicomisos para damnificados de un sismo, mismos que nunca se entregan a las víctimas, como sucedió también tras el célebre terremoto de 1985», señala.

Tras describir las dos tramas con datos, nombres y testimonios, el historiador lamenta que ni la justicia ni el electorado hayan dado aún cuenta de estas irregularidades y, lo que aún considera más grave, que los propios gobernantes no hayan tenido la dignidad de obrar en consecuencia. «En cuanto al fraude del fideicomiso del 2017, el Instituto Nacional Electoral impuso una multa de 197 millones de pesos al partido del presidente por el desfalco a las víctimas del terremoto, sin duda una de las razones por las que López Obrador nunca dejó de atacar a esta institución autónoma mientras fue encabezada por Lorenzo Córdoba y Ciro Murayama durante este sexenio. En otras condiciones, en un país civilizado, un acto como éste habría sido causal suficiente para poner en duda la elección e invalidar la candidatura del actual presidente, pero esto no ocurrió… ni ocurrirá jamás», concluye.

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