Felipe Hernández Perlines

Dr. Felipe Hernández Perlines

Felipe Hernández Perlines, catedrático de Organización de Empresas de la Universidad de Castilla-La Mancha, vicepresidente de la Academia Europea de Dirección y Economía de la Empresa y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), ingresó en la Academia de Ciencias, Ingenierías y Humanidades de Lanzarote en el marco del VII Encuentro Científico Nacional de la RAED, que se celebró en unas sesiones académicas conjuntas con la academia canaria el Hotel Lancelot Playa de Arrecife entre los pasados 25 y 28 de abril bajo el título «Ciencia y biodiversidad: visiones desde Lanzarote». El recipiendario leyó el discurso de ingreso «La ética como valor fundamental de las empresas familiares», en el que trazó los retos de estas sociedades mercantiles en una era marcada por una nueva conciencia del consumidor y del cliente en todo tipo de negocios. Para Hernández Perlines, los valores familiares influyen en el comportamiento ético de estas empresas y su relevancia en el entorno empresarial actual, afectando la reputación y el éxito a largo plazo.

«Como sabemos, las empresas familiares desempeñan un papel significativo en la economía global, representando una parte sustancial de las actividades empresariales en muchos países. Sin embargo, con este poder viene una gran responsabilidad: la responsabilidad de operar de manera ética. En un entorno empresarial cada vez más complejo y competitivo, la ética debe guiar las acciones y decisiones en todos los niveles de la organización. Hablar de ética en las empresas familiares es importante en el contexto actual por varias razones: en un entorno empresarial cada vez más transparente y conectado, las empresas familiares deben ganarse la confianza de sus clientes, empleados, socios y de la sociedad en general. Mantener altos estándares éticos ayuda a construir una reputación sólida y a mantener la legitimidad de la empresa. Las empresas familiares suelen tener una visión a largo plazo debido a su deseo de preservar el negocio para las generaciones futuras, por lo que la ética empresarial contribuye a lograr esta visión», inició su disertación.

El ponente expuso que promover un comportamiento ético genera confianza, reputación y credibilidad. El nuevo académico señaló ejemplos de éxito como Calidad Pascual y Mercadona, que a su entender muestran un fuerte compromiso con altos estándares éticos, valores compartidos y responsabilidad social. La coherencia ética es esencial para las decisiones empresariales y la continuidad del negocio. Hernández Perlines señaló que la presión social para mejorar el comportamiento ético de las organizaciones ha aumentado, haciendo de la ética un aspecto esencial para directivos y empresas. De esta manera abordó los fundamentos de la ética empresarial, los desafíos en las empresas familiares, la construcción de una cultura ética y se presentan casos de éxito. La ética empresarial implica implementar principios éticos en la toma de decisiones y acciones específicas para elevar los estándares éticos.

Para el académico, la ética familiar es fundamental para el éxito y la reputación de la empresa, influyendo en las relaciones con empleados, clientes, proveedores, competidores y la sociedad. Los valores familiares se transmiten de generación en generación y deben guiar el negocio y es crucial que estos valores sean coherentes con las acciones de la empresa y la familia empresaria. El relevo generacional está ligado a la transmisión de valores, que deben ser reflexionados y adaptados según sea necesario. Valores como el esfuerzo, la humildad, el trabajo en equipo y la confianza son clave para el éxito. En este sentido, según Hernández Perlines, las empresas familiares tienen una cultura más sólida y son menos permeables a la cultura del mercado. La propiedad familiar, la implicación directa en la gestión y la vocación de continuidad son características distintivas para el académico, quien representó como un árbol este modelo empresarial, con los valores actuando como raíces que la arraigan al territorio.

«La empresa familiar debe buscar la excelencia ética arraigada en los más altos estándares éticos de la familia. Sus principios éticos deben ser el legado que se transmita de generación en generación, que permita identificar un futuro más próspero para las generaciones venideras. Cada decisión ética fortalecerá los lazos familiares, aumentará la confianza de los clientes y pondrá los cimientos para que la empresa familiar ocupe su lugar en la sociedad. Su comportamiento ético no solo impactará en el hoy, sino que también moldeará el futuro tanto de la empresa como de la familia», concluyó.