Naohito Watanabe

Dr. Naohito Watanabe

Naohito Watanabe, excónsul general de Japón en Barcelona, académico correspondiente de la Academia Nicaragüense de la Lengua, académico honorario de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua y académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «La diplomacia y la literatura», un resumen del artículo original publicado en la revista japonesa «Kiryuzeki».

La diplomacia y la literatura

Pueblo natal

Se presenta el currículum vitae del autor, Naohito Watanabe, quien nació en el pueblo de Sakawa-Cho, rodeado de belleza natural. Estudió en la escuela primaria de Sakawa, que conservaba la puerta principal de la antigua escuela de samuráis, y prosiguió sus estudios en la escuela secundaria y preparatoria de Kochi Gakugei, la Universidad de Estudios Extranjeros de Tokio y la Universidad Nacional Autónoma de México.

Entró en el Ministerio de Relaciones Exteriores de Japón y ha trabajado durante más de 40 años en el mundo iberoamericano: España, Venezuela, Nicaragua, Río de Janeiro, Miami, Ecuador, Uruguay… En Barcelona fue cónsul general.

El autor cree que el hecho de ser oriundo de Sakawa ha influido en su curso de vida. Creció admirando a los héroes oriundos de su pueblo natal, tales como Tomitaro Makino, el botánico mundialmente famoso; Mitsuaki Tanaka, ministro de la Casa Imperial; Ryo Mizuno, padre de la inmigración japonesa en Brasil; Masako Bando, laureada escritora de Naoki, o Hiroshi Kurogane, caricaturista muy popular. Todo ello le animó a tratar con el mundo y decidió entrar en el mundo de diplomacia.

El mundo diplomático

Después de trabajar por largo tiempo al frente de la diplomacia realizando negociaciones bilaterales y multilaterales, promoción de las relaciones económicas, comerciales y culturales y protección de los compatriotas, el autor se dio cuenta de que las relaciones entre los países son, al fin al cabo, las relaciones personales y que para la diplomacia se necesitan no sólo la habilidad de los idiomas, los conocimientos de leyes, el Derecho internacional y de la economía, sino también la amplia cultura: la historia, el arte, la literatura, una visión holística y, al fin y al cabo, la integridad humana.

También vio que para conocer a fondo la sociedad y la gente de un país y realizar la función diplomática es importante fomentar los lazos personales y la comunicación a través de la formación de las relaciones sociales incluso las aficiones. En este artículo se presentan la literatura que es importante para la diplomacia y, en un país de poetas como Nicaragua, la literatura de Rubén Darío.

Nicaragua

Nicaragua se consolidaba como el país número uno de Centroamérica gracias a la exportación de algodón en la primera mitad del siglo XX, aunque se vio frenado por la época dictatorial, el terremoto de Managua de 1972, la revolución sandinista, la guerra civil hasta la democratización en la época de la presidenta Violeta Chamorro. Desde entonces, la comunidad internacional ha apoyado mucho para la reconstrucción del país con la cooperación económica y cultural. Japón, en concreto, inauguró el Jardín Japonés con la presencia de Sus Altezas Imperiales en el septuagésimo aniversario de las relaciones diplomáticas en 2005.

La difícil situación de entonces

La década de 90 del siglo pasado era una época todavía difícil y se observaban los vestigios de la guerra y del terremoto. En la noche siempre se sucedía un apagón planificado. Se podía leer con velas, pero las letras oscilaban y se emborrachaba la lectura. El autor intentó leer los libros con la luz de luciérnagas recogidas en una bolsa de plástico, pero no, así no se podía leer.

Sin embargo, extendiendo sus pasos hacia las afueras, sus ojos se maravillaban por la hermosura de la naturaleza, exuberante fauna y flora tropical, lagos de agua cristalina, un cielo inmenso y azul y la sonrisa alegre de los niños y niñas con sus bailes folklóricos y mujeres muy trabajadoras.

El encuentro con la obra de Rubén Darío

Un día, el autor visitó el lago de Nicaragua, famoso por los tiburones de agua dulce. En el embarcadero se acercó hacia él una niña chiquitita, quizás de ocho o nueve años, con el cabello rubio, ojos negros, tez morena quemada por el sol y vestida de harapos y descalza. Él creyó que iba a pedir algún dinerillo, como solían hacer los niños en los semáforos en aquel entonces. ¡Pero qué sorpresa! Empezó a declamar algo. Algo rítmico y versificado. Era un poema. Poema dulce y resonante con cierta melancolía.

Margarita, está linda la mar,

y el viento

lleva esencia sutil de azahar;

yo siento

en el alma una alondra cantar:

tu acento.

Margarita, te voy a contar

un cuento.

Él se quedó embelesado y sintió hasta el estremecimiento de corazón con la declamación de aquella niña. Era un poema de Rubén Darío.

País de poetas

Conociendo más y más las obras suyas y la literatura de Nicaragua, el autor llegó a descubrir que Nicaragua era un país de poetas y de gran tradición de poesía. La cultura de la poesía estaba profundamente arraigada en la vida cotidiana de los nicaraguenses.

Rubén Darío

Rubén Darío

Rubén Darío

Rubén Darío es el magno poeta de Nicaragua, gran maestro de la literatura de la lengua española y padre de modernismo. Además de poeta era el periodista y diplomático. Rubén Darío fue un escritor muy prolífico y escribió muchos poemas, artículos y cuentos en prosas. Sus obras tienen cadencias sonoras y metros variados con la reverberación sensorial de colores con los términos neológicos, litúrgicos y científicos y en sus obras emerge el mundo de pintura, escultura y música en el espacio poético. Con su vigorosa imaginación abarca los temas cosmopolitas y exóticos tales como la mitología griega, las leyendas medievales, orientales y japonesas sobrevolando lugares y espacios.

En su obra maestra «Azul» nos brinda un cofre lleno de joyas de colores, nuevas cadencias sonoras y ritmos nunca antes escuchados creando el mundo exótico y fantástico donde se idolatra justamente a la musa de arte griega deslumbrante. Rubén Darío creó el mundo nuevo de modernismo y la literatura más original de la lengua española a través de su acercamiento a la literatura francesa. También fue consciente del destino del continente americano.

Rubén Darío y Japón

Los años de nacimiento (1867) y fallecimiento (1916) de Rubén Darío coinciden casualmente con los del escritor Soseki Natsume, precursor de la literatura moderna japonesa, quien también se inspiró en la civilización occidental y en su caso a través del acercamiento a la literatura inglesa para crear su mundo literario.

El poeta de tierra cálida adoraba y era un apasionado por el lejano país oriental, Japón. Rubén Darío escribió sobre Japón muchas veces en sus obras, habló de la semejanza del volcán Momotombo con el monte Fuji, escribió cuentos sobre el emperador, la típica princesa japonesa, el rey burgués aficionado de japonería…

También lamentaba que el Japón de entonces estaba convirtiéndose en un país occidentalizado impregnado de nacionalismo, militarismo e imperialismo, olvidando la tradición milenaria y el alma encantadora del antiguo Japón, y advertía con la cierta premonición de la guerra lo que estaba por venir después del aclamado triunfo de la civilización. Rubén Darío fusionaba lo exótico del Japón en su modernismo con su vigorosa imaginación.

El Rubén Darío del autor

El autor se dejó encantar por la obra de Rubén Darío y tradujo al japonés las más representativas, como «Azul», «El viaje a Nicaragua» o «Intermezzo Tropical». Y, por último, «Los cuentos completos de Rubén Darío».  Fue nombrado miembro correspondiente de la Academia Nicaraguense de la Lengua, miembro de honor de la Academia de Geografía e Historia de Nicaragua, vicepresidente honorario del Movimiento Mundial Dariano en Miami y académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores, que tiene muchos académicos de honor galardonados con el premio Nobel.  El autor ha podido conocer el mundo académico profundo de Nicaragua y Europa.

También la famosa escritora Banana Yoshimoto le dedicó el prólogo a la traducción de «Los cuentos completos» asegurando que «fue bueno haber podido tocar la fuerza grande del alma que tiene el noble, hermoso y dulce sabor sobrepasando las épocas». Es lo que evoca la importancia de la literatura dariana.

En el mundo de diplomacia también era indispensable tener los conocimientos darianos como la educación literaria. Así es cómo la literatura ha servido en el mundo de diplomacia y ha cultivado la vista para ver de otra manera a la gente y el mundo. El autor está decidido a seguir divulgando la literatura dariana en el mundo.

Golf

Hoy en día el golf se ha convertido en un deporte olímpico. En Japón es una práctica muy popular, con famosos golfistas como Hideki Matsuyama, campeón de Masters, o Hinako Shibuno, campeona del Open Británico femenino.

En el ultramar, las comunidades japonesas organizan competiciones de golf, citas que son espacio de intercambio de informaciones y el instrumento de comunicación para fomentar los lazos personales. En los días de lluvia, de viento y aún en días de tormenta los japoneses juegan al golf. Ese amor al golf da la energía a sus trabajos y a su vida diaria.

En Barcelona se celebró la Copa de Europa, donde muchos empresarios japoneses aficionados a este deporte participaron. El autor también participó en esta competición completando un pésimo recorrido, pero animando la competición. Pudo cultivar la paciencia y la perseverancia. Sin embargo, el autor tiene una anécdota de oro en torno a esta práctica: el encuentro con el célebre golfista Jack Nicklaus.

El encuentro con Jack Nicklaus

En Jupiter, Florida, vive el golfista mundialmente famoso Jack Nicklaus. Sus victorias son abrumadoras con 18 triunfos en ‘majors’. En Japón se le conoce como el emperador del golf, y allí ha diseñado 23 campos, mostrando a los japoneses su espíritu deportivo. Gracias a él, la práctica de golf en Japón se ha duplicado.

El autor tuvo el honor de entregar la condecoración del Sol Naciente al Jack Nicklaus por su contribución al intercambio deportivo entre Japón y Estados Unidos. Se celebró la ceremonia de entrega en su club de golf de Jupiter. Él recibió la condecoración con la alegría y sonrisa. Para el autor fue inolvidable el apretón de manos con él. La mano grande y cálida de Nicklaus.

Gracias a ello, el autor mejoró su swing. Es el mejor recuerdo, como un tesoro.