Francisco López Muñoz, catedrático de Farmacología y vicerrector de Investigación, Ciencia y Doctorado de la Universidad Camilo José Cela, miembro fundador del Comité de Observación del Observatorio de Derechos Humanos de España, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina del País Vasco y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), ha publicado en la Academia de las Ciencias y las Artes Militares, de la cual también es miembro, el artículo «Retos y desafíos frente a las amenazas biológicas intencionadas», en el que aborda las características de las armas biológicas, consideradas de destrucción masiva, en manos de grupos terroristas.
El experto repasa la historia del uso de estos agentes biológicos en todo tipo de guerras, desde el asedio de Kaffa en 1346 hasta los programas de guerra biológica de la Guerra Fría. A pesar de los tratados internacionales que prohíben su uso, el potencial de estas armas como herramientas de terror ha crecido en las últimas décadas. Ejemplos como el envío de cartas y paquetes por correo con ántrax en Estados Unidos tras el 11 de septiembre de 2001 subrayan la necesidad de vigilancia ante posibles ataques biológicos por parte de grupos terroristas. Aunque el uso bélico de estas armas ha disminuido, el bioterrorismo sigue siendo una amenaza significativa con graves implicaciones psicológicas y sociales.
Aunque López Muñoz señala que el uso de armas biológicas como amenaza para la seguridad nacional se considera poco probable debido a la necesidad de instalaciones adecuadas y expertos capacitados, el riesgo de ataques biológicos ha aumentado por el surgimiento de patógenos emergentes, el desarrollo de tecnologías de modificación genética y el contrabando de materiales sensibles. A pesar de las regulaciones internacionales, países como China e Irán no cumplen con la Convención sobre Armas Biológicas, lo que genera preocupaciones sobre su posible uso en conflictos. La biotecnología y la biología sintética facilitan la posibilidad de ataques bioterroristas, aunque su ejecución requiere equipos multidisciplinarios.
Para el experto, la respuesta a estas amenazas debe ser coordinada a nivel nacional e internacional, involucrando tanto al sector público como al privado. «No hay que olvidar que, en el marco de la guerra híbrida, recurrir a grupos terroristas por parte de actores estatales para enmascarar responsabilidades es una posibilidad bastante factible. Por todo ello, las amenazas biológicas exigen una respuesta coordinada y conjunta a nivel nacional, por parte de las diferentes administraciones públicas concernidas», alerta el autor.
Reconocido divulgador de la historia contemporánea, la literatura española de los Siglos de Oro y la medicina y farmacología, López Muñoz es doctor en Medicina y Cirugía y doctor en Lengua y Literatura Españolas, especialista en Medicina Farmacéutica y diplomado en Estudios sobre el Holocausto por la Escuela Internacional para los Estudios del Holocausto de Yad Vashem, en Jerusalén. Es investigador del Instituto de Investigación Hospital 12 de Octubre de Madrid y miembro de prestigiosas academias científicas internacionales. Ha participado en numerosas investigaciones y es autor de monografías y artículos en sus áreas de investigación. Recientemente ha sido nombrado de forma honorífica coronel de Kentucky mediante carta patente otorgada el 29 de julio de 2024 por el gobernador del Estado de Kentucky, Andy Beshear, y reconocido como Guardia Civil Honorario, la máxima distinción civil del cuerpo y que otorga de forma excepcional. Ya era profesor honorífico de la Guardia Civil.