Gregorio Varela, catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad CEU-San Pablo, presidente de la Fundación Española de la Nutrición y de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), lidera el informe «Alimentación en la sociedad del siglo XXI post pandemia: decisión alimentaria (2022)», editado por la Fundación Mapfre y el Instituto Universitario Alimentación y Sociedad de la Universidad CEU-San Pablo. Forman también parte del equipo de investigación los expertos Elena Alonso Aperte, María Achón y Tuñón, Ángela García González y Ana María Puga Giménez de Azcárate. El estudio ha sido realizado en una muestra representativa de población adulta residente en España, siguiendo el modelo de los estudios anteriores, realizados en los años 2015 y 2017.
A lo largo de un centenar de páginas, el informe trata de definir el impacto de los estilos de vida a través de sus determinantes sociales y económicos en los hábitos de compra y consumo y hacer un seguimiento de éstos, así como sobre el conocimiento y percepción en sostenibilidad alimentaria, en una muestra representativa de la población adulta residente en España. Todo ello, en un momento de crisis que, para los expertos, incide de forma determinante en estos hábitos de vida. «En la actualidad, la sociedad española está viviendo una época de importantes cambios, acentuados por la pandemia Covid-19 y crisis económica, con un gran impacto potencial en los hábitos alimentarios y el estado nutricional de la población, a lo que habría que añadir los nuevos estilos y condiciones de vida, el avance de la producción y de los canales de distribución, la aparición de nuevos alimentos, nuevas formas de preparación y procesamiento, nuevas formas de ocio alimentario, y bajo la creciente preocupación por el inexorable deterioro y degradación de los recursos naturales», inician los autores su argumentación.
A todo ello, los expertos añaden las preocupantes vulnerabilidad e inseguridad alimentarias, que ya se están poniendo de manifiesto, por la disminución de recursos económicos. «Sin duda, la importancia de la economía en la elección de los alimentos es evidente: las personas con menos recursos pueden tener dificultades para comprar suficiente comida o para modificar su alimentación por motivos de salud. Las condiciones de la vivienda, entorno residencial, y el tipo de empleo (como el denominado trabajo por turnos) o el reciente teletrabajo pueden afectar al tipo de comida y a la calidad de la misma», añaden.
Tras analizar el completo cuestionario presentado en las encuestas, los expertos concluyen que los resultados muestran cambios importantes en los aspectos sociales de la alimentación, en general hacia una menor sociabilidad, que parecen haberse acentuado por la pandemia de Covid-19 y la crisis económica. «La mayoría de la población española adulta realiza las tres comidas principales, aunque ha disminuido su porcentaje comparativamente al año 2017. En 2022, por otro lado, ha aumentado el tiempo dedicado a cada comida, y más tiempo aún los fines de semana. De manera preocupante, aumenta el número de personas que comen solas, mientras que disminuye igualmente el de las que comen sentadas y conversando con alguien. Es preocupante que para más del 35% de la población estudiada su situación económica haya empeorado tras la pandemia, modificando su decisión alimentaria. Más aún, si se considera que la peor situación se observa en los hogares con un mayor número de miembros, así como en los que soportan una renta más baja, impactando de manera significativa en la calidad alimentaria y nutricional de su dieta», concluye el estudio.