Francisco González de Posada, presidente de la Academia de Ciencias, Ingeniería y Humanidades de Lanzarote y colaborador habitual de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), defendió el pasado 16 de enero su quinta tesis doctoral, esta vez en Medicina, en la Universidad de Alcalá de Henares. El estudio lleva por título «El movimiento académico de las profesiones sanitarias en el marco de la Ilustración española. Historia contextualizada de la Academia Médica Matritense en el siglo XVIII», y constituye el primer gran trabajo dedicado al desarrollo de la Medicina y de sus estudios durante el Siglo de las Luces y, particularmente, de la Academia Médica Matritense, germen de la Real Academia Nacional de Medicina, de la que el propio González de Posada es académico de número.
La Academia de Medicina Matritense, denominada también Academia de Medicina de Madrid, surgió a mediados del siglo XVIII como tertulia de médicos, cirujanos y boticarios, que debatían cada tarde y de manera informal todo tipo de temas asociados con la salud. Esta primera academia, que se formaliza en 1734, sufrirá los avatares políticos del siglo XIX, entre liberales y conservadores, y en 1861 ya figura con su actual denominación de Academia Nacional de Medicina.
Entre los fundadores de la tertulia se encuentran figuras que González de Posada reivindica en su estudio como José Carralón, médico del duque de Solferino; Juan Andrés Besterrechea, cirujano; José Cervi, médico al servicio de la Corona, y Andrés Piquer, médico valenciano, entre otros. En sus primeros encuentros debatían las novedades y el progreso de la medicina, abarcando sus más diversos aspectos y campos de estudio. La regularidad y afán de estas reuniones, les llevó a formalizar la tertulia y el 12 de julio de 1733 le ofrecieron carácter oficial con la denominación de Tertulia Literaria Médica Matritense.
Un año más tarde, el 12 de agosto de 1734, con la modificación de sus primeros Estatutos, se convierte en Academia Médica Matritense, aprobada por Real Decreto de Felipe V un mes después. El apoyo de la Corona, que concede el apelativo de Real, y la ampliación en el número de sus socios permite abarcar nuevos campos de interés con la historia natural, la química, la física y la botánica.