José Ramón Calvo, asesor estratégico del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación, director del Club de Excelencia de Ubbiquo Business School y académico de número y presidente del Instituto de Cooperación Internacional de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), presentó el pasado 15 de julio, en el marco del ciclo de Conferencias Públicas de la Real Academia de Ciencias, Ingenierías y Humanidades de Tenerife que se celebró en el Hotel Lancelot Playa de Arrecife, el trabajo «Evolución de la salud pública a través de la historia de la higiene», en el que expuso la relación a lo largo de la historia de la higiene y la salud.
El académico señaló que si bien el Homo sapiens, como otras especies cercanas, siempre ha cuidado la higiene de su piel y de sus dientes como parte de su vida saludable, esta práctica no fue descrita como una parte sustancial de la salud hasta la Grecia y la Roma clásicas, en que Galeno escribió al respecto. «Galeno escribió sobre la higiene reconociendo que la salud es una situación de perfecto equilibrio y hablaba de la importancia del alimento, de la bebida, del aire, del entorno, del masaje, de las cabalgatas, de la gimnasia, del control del sueño y la vigilia y de las actividades sexuales. La higiene de Galeno, descrita en seis volúmenes, fue el libro de un hombre altamente refinado que la resumió y sistematizó», señaló el conferenciante.
Para Calvo, sin embargo, la Edad Media supuso la ruptura de una larga historia relacionada con la higiene en diversas civilizaciones, ya que muchos eclesiásticos la consideraron un pecado por la desnudez del cuerpo. «Durante la Edad Media la limpieza atrajo la atención de escritores, médicos y gente de la Iglesia. En efecto, si los baños favorecían la higiene corporal, así como la prevención y el tratamiento de diversas enfermedades, también se relacionaba con la prostitución, la violencia y los excesos. Los eclesiásticos fueron enemigos incansables de esta práctica, que solo recomendaban a los enfermos. Los médicos, por su parte, prescribían el baño para mantener la salud y erradicar la enfermedad», prosiguió.
Sobre las medidas de saneamiento, el académico reseñó los sistemas de alcantarillado de la Antigua Roma, una vez más caídos en el olvido durante siglos. No fue hasta el siglo XV cuando John Harrington pasó a la historia por inventar el inodoro, si bien su uso no fue común hasta ya entrado el siglo XX. Fue entonces cuando la higiene de las manos también cobró una especial relevancia que consiguió mejorar enormemente la salud pública, especialmente en hospitales.
Como dato anecdótico, Calvo culminó su intervención explicando el gran avance que ha tenido este práctico y hoy imprescindible elemento en hogares y espacios públicos que es el inodoro, esbozando las características de muchos de los inodoros inteligentes, así como las anécdotas y problemas que han sufrido algunos de sus usuarios.