Jordi Martí, profesor de Economía y Contabilidad de la Universidad de Barcelona, director del Máster en Verificación de Información no Financiera del mismo centro y académico de número y miembro de la Junta de Gobierno de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), participó entre los pasados 4 y 5 de julio en la 34.ª edición del Foro de Auditoría que organiza el Colegio de Censores Jurados de Cuentas de Cataluña, y que este año se celebró en Sitges en formato híbrido. Martí moderó la mesa redonda «Auditoría y docencia universitaria» y participó en la que llevó por título «Verificación y sostenibilidad». Por su parte, Alfredo Rocafort, catedrático de Contabilidad de la Universidad de Barcelona y académico de número y presidente de la Junta de Gobierno de la RAED, formó parte del Comité Organizador.
En la mesa moderada por Martí participaron Ángel Cervantes, director de Formación del Instituto de Censores Jurados de Cuentas; Ana Baro, responsable del departamento técnico del Colegio de Censores Jurados de Cuentas de Cataluña; Carme Montserrat, profesora de la Universidad de Barcelona y socia de Martínez Comín Auditores, y Luz Parrondo, profesora de la Universidad Pompeu Fabra, quienes reflexionaron sobre la preocupación que existe entre los profesionales de la auditoría por la falta de estudiantes que cursen materias relacionadas con la auditoría, ya que desde hace cinco años, se observa una disminución en las matriculaciones en asignaturas de auditoría en todas las universidades españolas.
La auditoría es una de las pocas profesiones reguladas por la administración pública en el entorno de las ciencias sociales. En el entorno de la economía y la empresa solo existen dos profesiones reguladas, el actuario de seguros y el auditor de cuentas. Para poder acceder a la profesión de auditor de cuentas es necesario superar un examen muy selectivo que organiza el Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas del Ministerio de Economía. Las universidades ofrecen formación para superar las pruebas teóricas desde los grados de Administración y Dirección de Empresas. Pero para superar las pruebas prácticas se necesitan más conocimientos que los propios de grado. Con este objetivo se desarrolla un Máster en Auditoría en muchas universidades, pero la matrícula no es tan alta como la demanda de profesionales que requiere una sociedad del primer mundo como la nuestra.
En este sentido, Parrondo expuso la necesidad de renovar los estudios que Ester Oliveras había realizado hace ocho años sobre el número de horas y asignaturas que se ofrecían a las universidades catalanas en materias relacionadas con la contabilidad y la auditoría. Cervantes expuso las iniciativas que el Instituto de Censores Jurados de Cuentas está desarrollando generando una gran base de datos de profesores universitarios de auditoría y anunció que el próximo 12 de septiembre se reunirán en Madrid más de cuarenta docentes de auditoría para programar actividades que mejoren la atracción de talento hacia la profesión. Baro explicó cómo han desarrollado actividades formativas para evaluar contenidos sin recurrir al tradicional examen. Como Montserrat, que también presentó una plataforma con actividades de gamificación para hacer más interesante la docencia universitaria.
Martí propuso a los asistentes que colaboren con las universidades catalanas a efecto de compartir estas experiencias y propuestas docentes. Para el académico, la oferta de innovaciones puede ayudar a atraer el talento. En este sentido, explicó que en el Máster de Auditoría y Contabilidad de la Universidad Abat Oliba en colaboración con el Colegio de Censores Jurados de Cuentas de Cataluña, ya se había realizado el primer examen con inteligencia artificial. Con toda esta variedad de propuestas se estableció un diálogo con los asistentes muy enriquecedor en el que profesionales y profesores expresaron sus opiniones y diagnosis sobre la problemática del relevo generacional en las firmas auditoras.
En la otra mesa redonda, moderada por Miguel Ángel Catalán, socio de la firma Auren, participó junto a Martí Marga de Roselló Carril, socia de Sostenibilidad y Cambio Climático en PwC. De Rosselló explicó en detalle que la nueva normativa europea no habla de auditar, habla de verificar la información en sostenibilidad. Esta función verificadora obligará al Instituto de Contabilidad y Auditoría de Cuentas a desarrollar un estatuto profesional del verificador en sostenibilidad. En estos momentos los auditores están emitiendo un informe de alcance limitado y a partir de la nueva regulación deberían emitir un informe razonado en la materia. En esta segunda tesitura será imprescindible una formación específica.
Martí, en este sentido, explicó que el Colegio de Censores Jurados de Cuentas de Cataluña había desarrollado un máster con la Universidad Abat Oliba sobre Auditoría en Sostenibilidad que se iniciará en octubre de 2024. Asimismo, ha trabajado en el diseño académico del máster en el que habrá un posgrado en Medio Ambiente, un posgrado en Temas Sociales y un posgrado en Buen Gobierno. Así se podrá cubrir toda la necesidad formativa en ESG (Environment, Social, Governance), que son las iniciales con las que se identifican los ámbitos en los que debe redactarse el informe en sostenibilidad empresarial. En este máster están invitados a participar como profesores varios miembros de la RAED, que gracias a su estructura multidisciplinar y transversal puede ofrecer un conjunto de conocimientos imprescindibles para los auditores financieros.
El auditor en sostenibilidad firmará un informe comparable a lo que tradicionalmente se ha ido haciendo en el ámbito de la contabilidad financiera. Un informe que debe ser garantía para los socios de la continuidad de la empresa. Toda la profesión auditora está concienciada de la importancia de las buenas prácticas en ESG para que nuestro bienestar y el de las generaciones futuras estén garantizados. «Sin una correcta auditoría de estas actividades empresariales no habrá buena gestión ni habrá futuro para los humanos», concluyó Martí.