Gregorio Varela, catedrático de Nutrición y Bromatología de la Universidad CEU-San Pablo, presidente de la Fundación Española de la Nutrición y de la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), participó el pasado 28 de marzo en la mesa redonda que el Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras (Ciberer) dedicó a la «Salud Auditiva y Calidad de Vida». La cita, que se celebró en formato telemático, estuvo presentada y moderada por Luis Lassaletta, facultativo del Hospital Universitario La Paz de Madrid y miembro de Ciberer, e Isabel Varela Nieto, investigadora del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
Junto a Varela participaron María Ruiz Montes, de la empresa especializada en atención a la discapacidad auditiva AG Bell, que abordó el problema del ruido en el entorno universitario; Javier Mata Peñuela, de la Asociación Española de Audiología, que habló sobre el ruido en el entorno laboral y su impacto en la calidad de vida, y Silvia Murillo Cuesta, del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades Raras, quien disertó sobre los avances para la prevención y reparación del daño causado por exposición al ruido. El académico de la RAED, por su parte, reflexionó sobre el papel de la nutrición en la prevención de la pérdida auditiva.
«La alimentación y los estilos de vida juegan un papel importante en la salud auditiva», inició Varela su intervención, destacando los principales componentes fundamentales en la alimentación que están directamente relacionados con el cuidado de la función auditiva. En este sentido, señaló que un alto índice glucémico y uno niveles altos de carbohidratos muestran un mayor riesgo de pérdida auditiva, de la misma manera que un exceso de calorías afecta en general a la salud. «Las grasas poliinsaturadas omega-3 permiten tener un valor protector a largo plazo en la audición, según hemos conseguido demostrar con experimentos en animales. Y en nuestra sociedad nos encontramos con unos niveles de ingesta insuficientes de estos componentes grasos», explicó.
En cuanto a las vitaminas, aseguró que las que tienen componentes antioxidantes, como la A, la E y la C, también se han relacionado con el mantenimiento de la función auditiva, si bien los estudios no son concluyentes. «Una ingesta insuficiente de ácido fólico puede llevar a una pérdida de audición, sobre todo asociado a un déficit de vitamina B12», señaló. Respecto a los minerales, Varela dijo que también se ha determinado que una baja ingesta de hierro aumenta el riesgo de desarrollar pérdida auditiva. «Hay que tener en cuenta los antecedentes genéticos y los estilos de vida para tener una alimentación a medida que mejore nuestra salud en general», concluyó.
Para el académico, por otra parte, la declinación de los sentidos que se da con la edad tiene que ver con la alimentación que realizamos y los fármacos interaccionan especialmente con las vitaminas. Asimismo, alerto de que los jóvenes están tomando el límite de glucosa que recomienda la Organización Mundial de la Salud. «Hay que moderar entre ese grupo de población su consumo, porque la fructosa ya está de forma natural en muchos alimentos. Afortunadamente en España se ha limitado en muchos alimentos procesados», acabó.