Pau Umbert
Director del Servicio de Dermatología Pablo Umbert en la Clínica Corachan de Barcelona, profesor emérito del Hospital Universitario Sagrado Corazón-Universidad de Barcelona, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Cataluña, académico de honor de la Sociedad Catalana de Dermatología y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Pau Umbert, director del Servicio de Dermatología Pablo Umbert en la Clínica Corachan de Barcelona, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Cataluña, académico de honor de la Sociedad Catalana de Dermatología y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), explica las últimas novedades en el diagnóstico y tratamiento de las diversas enfermedades cutáneas en una entrevista publicada en un especial que «El Periódico de Catalunya» dedicó al Bienestar el pasado 4 de febrero.
El académico señala las nuevas técnicas para detectar y diagnosticar con precisión las lesiones mal llamadas precancerosas o queratosis actínicas, que son el inicio de un carcinoma. «Las lesiones incipientes son difíciles de diagnosticar. Los carcinomas basocelulares son los más frecuentes. Según su localización, tamaño o patrón histológico, presentarán un menor o mayor riesgo de progresión o recidiva, y las opciones terapéuticas serán diferentes», explica. En este sentido, Umbert señala que la técnica de la epiluminiscencia permite visualizar de inmediato estructuras imperceptibles al ojo clínico.
«La microscopia confocal está en un nivel primario, puesto que requiere tiempo y no tiene, en la mayoría de las veces, la precisión del estudio histopatológico. Nosotros hemos introducido el Diagnóstico Inmediato Cutáneo, que nos permite hacer un diagnóstico irrefutable en pocos minutos, como con la clásica biopsia cutánea y estudio histopatológico», añade. En cuanto a las nuevas técnicas aplicadas para el tratamiento de este tipo de patologías cancerosas, Umbert se refiere al tratamiento fotodinámico para lesiones superficiales, donde la porfirina es aplicada tópicamente y posteriormente es expuesta a luz roja. «Actuamos solo en las células cancerosas, respetando las sanas. Está indicado en pacientes con muchas lesiones incipientes cancerosas y en carcinomas superficiales. Además, es atractiva por su efecto añadido antienvejecimiento», afirma.
En un plano personal, el académico rememora el ejemplo familiar como fuente de inspiración para su trayectoria profesional, recordando la figura de su abuelo, pionero de la dermatología catalana, así como su padre y uno de sus hermanos y sobrinos. Destaca, asimismo, valores como la disciplina, la constancia, la formación continuada y la metodología en el trabajo como elementos clave para mantenerse en la primera línea de su especialidad. «Y mantener siempre fuertes los pilares que hacen que no te rompas: la luz de Jesús, la familia, el deporte y el amor para poder sobrepasar las tragedias familiares», concluye.