Aldo Olcese, presidente de la Fundación Independiente y de la Asociación Nacional Sociedad Civil Ahora, académico de número de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras y académico de número y vicepresidente de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), presentó y dirigió el pasado 19 de marzo una nueva sesión del ciclo Tribuna Independiente que llevó por título «El día después de la guerra de Ucrania» y contó con la participación de Josep Piqué, ministro de Asuntos Exteriores entre los años 2000 y 2002, y del general de Ejército español Félix Sanz Roldán, director del Centro Nacional de Inteligencia entre los años 2009 y 2019 y jefe del Estado Mayor de la Defensa. El evento se celebró en streaming en formato webinar y puede visionarse al pie de esta noticia y en el canal de YouTube de la Fundación Independiente.
Piqué destacó la posición de acorralamiento en la que se siente Rusia y achacó el inicio de la guerra a las débiles respuestas que se habían dado desde Europa a sus amenazas. «La Unión Soviética fue la culminación del sueño del imperialismo ruso y la gran Rusia eslava. Esos eran ya los objetivos hace 20 años y lo siguen siendo ahora», señaló. El exministro recordó cómo en 2007, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, ya dijo que no aceptaba el orden internacional encabezado por Estados Unidos.
«Rusia esperaba que no hubiese respuesta ni de Europa ni de Estados Unidos, muy divididos, pero se ha encontrado con una respuesta unánime y efectiva de Occidente y con que había subestimado la capacidad de resistencia de Ucrania. Que se negocie en los términos que se están conociendo es señal de que Rusia está perdiendo la guerra», añadió Piqué, para quien este conflicto ya ha conseguido dar un nuevo sentido a la OTAN y que Europa cambie su postura y refuerce su cohesión de una manera impensable antes de la invasión. Ahora debe trabajar en una política común de defensa y en una industria propia.
Piqué afirmó que no existe una comparación con la Guerra Fría a causa de la actual globalización, porque ahora las sanciones afectan tanto al sancionado como al sancionador. En cuanto a la posición de China, señaló que su única coincidencia con Rusia pasa por menoscabar el poder de Occidente, pero poco más. «Siempre han sido rivales. Sus agendas, sus tempos y sus objetivos no coinciden. China necesita el mercado europeo», zanjó.
Sanz Roldán, por su parte, consideró que el bloque occidental no supo gestionar la victoria con ampliaciones de la OTAN que no fueron modestas, sino ambiciosas, despreciando la mirada geopolítica de Rusia. «El giro de Estados Unidos hacia el Pacífico y la indefinición política y de seguridad europea hicieron creer a Rusia que estaba en un momento de fortaleza», consideró. Para el general, la reacción estratégica rusa ha sido exagerada y a su vez se han revelado graves deficiencias del Ejército ruso. «Con su resolución y el material adecuado, los ucranianos se lo están poniendo muy difícil a Rusia», afirmó.
El exjefe del Estado Mayor consideró que Europa debe asumir el coste de las sanciones sin que ello rompa su cohesión y también mostró su escepticismo sobre el apoyo militar de China a Rusia en un momento como el actual. «China necesita un comercio libre y colabora con muchísimas cosas con Europa. China no quiere portaviones, quiere cargueros», dijo.