Joaquín Callabed
Presidente del Club de Pediatría Social, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Zaragoza, de la Real Academia de Medicina de Cataluña y de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social y académico de número y vicepresidente de la Sección de Ciencias de la Salud de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), participó el pasado 14 de diciembre en la sesión «Problemàtica ètica de la vacunació obligatòria i del certificat immunitari Covid-19», organizada por la Real Academia de Medicina de Cataluña, de la que es miembro correspondiente. Callabed abordó el tema de las particularidades bioéticas en la infancia y la adolescencia.
También participaron en la jornada Magda Campins, jefa del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Universitario Vall d’Hebron de Barcelona; Joaquín Tornos, catedrático de Derecho Administrativo y secretario de la Academia de Jurisprudencia y Legislación de Cataluña, y Montserrat Esquerda, directora del Instituto Borja de Bioética. Los tres son a su vez miembros de la Real Academia de Medicina. El conductor y moderador de la sesión fue el también académico de esta institución Joan Viñas.
Callabed inició su intervención destacando que la incidencia de la actual pandemia es especialmente significativa entre la infancia y adolescencia por cuestiones que superan la propia patología. «El aislamiento durante la pandemia ha supuesto en muchos niños y jóvenes cambios de apetito, trastornos del sueño, agresiones, hiperactividad y consumo excesivo de tiempo frente a las pantallas. Se debe estudiar con el máximo detalle el cierre y la apertura de escuelas en tiempo de pandemia», consideró el experto.
Sobre la vacunación infantil, el académico señaló que el personal sanitario debe disponer siempre del historial médico del paciente antes de la vacunación y posibles contraindicaciones vacunales, contar con el consentimiento informado firmado por los padres o tutores detallando posibles efectos secundarios y seguimiento. Y si bien su postura es a favor de la vacunación contra la Covid y otras patologías, explicó que hay que escuchar a los padres contrarios a ésta y dialogar desde el respeto.
«Es difícil exigir un cumplimiento cuando no es obligatorio, como lo es en otros países. De la misma forma, sería deseable que un bien universal como la vacunación consiguiera unificación de criterios a nivel europeo, comenzando por nuestro estado, donde hay 17 calendarios vacunales diferentes. La vacunación infantil decretada recientemente a niños de 5 a 12 años y el certificado Covid-19 cumplen los principios bioéticos de beneficencia y justicia, así como los requisitos científicos para que las vacunas puedan ser administradas», explicó.
El académico de la RAED presentó el pasado septiembre el libro «Tiempos para la bioética. Un puente entre la ciencia y los valores» (Club de Pediatría Social), en el que aborda la necesidad de dotar a la medicina de un componente ético que marque sus actuaciones, en particular después de que la actual pandemia haya evidenciado las carencias del actual modelo y muchos sanitarios hayan tenido que tomar decisiones con un criterio que va mucho más allá de la medicina.