Aldo Olcese, presidente de la Fundación Independiente y de la Asociación Nacional Sociedad Civil Ahora y académico de número y vicepresidente de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), presenta ante la comunidad académica la «Declaración institucional» del III Congreso Nacional de la Sociedad Civil, que se celebró el pasado 27 de abril en el Espacio Truss del Wizink Center de Madrid bajo el título «Regenerar España» con el apoyo de la RAED. Esta edición abordó la necesidad de la europeización de la política nacional, la modernización institucional, un nuevo modelo de relaciones internacionales y una nueva gobernanza mundial, y la nueva posición de España en el mundo.
PREÁMBULO
La sociedad civil española desea hacerse oír por la clase política desde el respeto y la colaboración. Nunca tratando de suplantar a aquellos que han sido elegidos democráticamente para representar a los ciudadanos. Pero no todo ha de fiarse al mundo de la política. Existen enormes parcelas de actuación que pueden y deben ocuparse desde la sociedad civil de manera autónoma e independiente, promoviendo transformaciones positivas de nuestro país desde la conducta y las realidades, sin esperar impulsos normativos.
España es un país en el que afortunadamente disfrutamos de amplios márgenes de libertad de acción y emprendimiento en el marco de una sociedad moderna y liberal y de una economía social de mercado. Es por ello que la acción de las empresas y los empresarios como exponentes cualificados de la sociedad civil junto a los demás ciudadanos libres, devienen determinantes a la hora de configurar un proyecto de Estado moderno, flexible y abierto de facto, bastante más que desde la acción política y del derecho normativo.
La responsabilidad individual y el compromiso personal de los ciudadanos en torno a unos valores y principios de ética y convivencia sana y leal para con sus semejantes y con España, se configura claramente como la opción mejor para garantizar el progreso, la igualdad y el bienestar de los ciudadanos. Los valores esenciales del humanismo y la ética no se regulan en el BOE, sino que se practican y se difunden con el ejemplo y mediante el compromiso y la responsabilidad social, en un marco de buena gobernanza y transparencia, y con una sociedad civil comprometida y preferiblemente organizada y unida.
La utilidad y la eficacia de la contribución ética y propositiva de la sociedad civil se fundamenta en su capacidad de unirse, promover ideas y soluciones independientes y objetivas, desde el rigor y la humildad, que puedan ser utilizadas por los responsables políticos en las futuras normas y por la ciudadanía en su conducta diaria. Una fraternidad responsable y comprometida ha de sustentar el equilibrio social en una España nueva y moderna, cuyos pilares sean los avances sociales y económicos en un marco de igualdad y convivencia pacífica y colaborativa, que preserve la autonomía y la libertad individual en el marco de la unidad nacional, desde el respeto a las respectivas singularidades de personas y territorios.
Es urgente recuperar en España un correcto funcionamiento de las instituciones desde el respeto, la prudencia y el compromiso ético y desde el apoyo unánime de la ciudadanía a la Constitución y a la monarquía parlamentaria, encabezada por SM el Rey Felipe VI como garante de los adecuados equilibrios de unidad nacional, justicia, convivencia y progreso. El deterioro institucional y político que vive nuestra nación y la degradación de la convivencia ciudadana, deben ser urgentemente superados, desde una conducta leal y cómplice entre los ciudadanos y sus representantes, un compromiso ético personal exigente y con un respeto impecable a las instituciones y a su adecuado funcionamiento.
Resulta evidente que es mucho más lo que nos une, que lo que nos separa, y es por ello que la ciudadanía, al margen de los políticos, debe impulsar los necesarios movimientos pactistas en la sociedad y la política española. La sociedad ha de tender a excluir de la vida pública a aquellos ciudadanos cuya conducta no se corresponda con una existencia de consenso y paz, aún desde las diferencias potenciadoras de las mejores soluciones que han de solventarse mediante el debate y los acuerdos.
La pertenencia a la Unión Europea de España y su papel de liderazgo en ella son un antídoto eficaz y potente frente a la degradación institucional y la separación, y que al mismo tiempo garantiza paz social y progreso compartido y duradero. Nada se consigue ni se mantiene sin esfuerzo y es por ello que, debemos poner el europeísmo de los españoles en el frontispicio del edificio institucional y de la carga moral de nuestra ciudadanía.
TÍTULO I
ELECCIONES POLÍTICAS EN ESPAÑA Y SOCIEDAD CIVIL
LAS ELECCIONES POLITICAS EN ESPAÑA Y UN NUEVO SISTEMA ELECTORAL
En la actualidad vivimos una situación política que impide resolver las cuestiones estructurales por culpa de una polarización extrema, y por un debate público intrascendente y poco constructivo sobre asuntos básicos y esenciales de las políticas públicas. El poder político se ejerce en España de forma dura y autoritaria con una permeabilidad escasa a la crítica y a los consensos, mostrando una fisionomía de democracia inmadura y débil.
Hay también escaso valor cívico para pronunciarse en público y enfrentarse a los políticos o disentir de ellos. Carecemos bastante de una élite empresarial y financiera comprometida con los principios y valores democráticos, dispuesta a ejercer su derecho a opinar, discrepar del poder con el coraje cívico suficiente para decir lo que piensan que es mejor para la ciudadanía, más allá de las decisiones del Gobierno. El temor a perder el favor del gobierno y sus dádivas en épocas de ayudas y subvenciones a granel y prolongadas es muy superior al descontento político y al rechazo por la degradación institucional imperante.
La sociedad civil organizada ha de actuar como revulsivo y dique de contención de estas situaciones degradantes de la calidad democrática. España carece de un patriotismo institucional, de país y de orgullo de pertenencia impropio de una gran nación con la historia y las realidades presentes, de las que debería ser fácil sentirse orgullosos y estar ampliamente motivados. La confrontación política ácida y degradada por una repercusión mediática generalmente militante y poco independiente, produce un grado enorme de desafección ciudadana sobre el valor de la política, y los políticos, y su capacidad de aportar soluciones y de generar progreso positivo y duradero.
Es un clamor la petición generalizada de Pactos de Estado y eventualmente de Gobierno entre los dos grandes partidos españoles constitucionalistas, PSOE y PP para garantizar una mejor gobernanza pública y una estabilidad institucional frente a las derivas populistas e independentistas que son una flagrante minoría, que por contra se ha adueñado de nuestro país con intereses bien contrarios a los de la inmensa mayoría de los ciudadanos.
Hay que acabar con las subvenciones políticas y públicas a los medios de comunicación y hacer posible la existencia de medios de comunicación auténticamente libres, fundamentados en una propiedad privada y en unas actuaciones éticas e independientes. Se hace necesario reformar urgentemente el sistema electoral español para quitar peso a las minorías marginales y volver a dar protagonismo a las grandes fuerzas políticas, mediante un nuevo sistema electoral basado en la doble vuelta francesa o en la prima de mayoría italiana. El sistema electoral debe producir gobernabilidad, y no solo elección y representación, para que los ciudadanos se sientan representados. Es esencial que de cada elección salga una configuración clara que garantice de inmediato la gobernabilidad plena de España.
LA POLÍTICA EUROPEA EN LA POLÍTICA ESPAÑOLA
Los españoles han de tomar consciencia y se ha de hacer más pedagogía sobre la importancia de la política y decisiones europeas sobre la política española. La transposición de directivas y reglamentos europeos al ordenamiento jurídico español ocupa más de un 80% de nuestra actividad legislativa en las Cortes Generales. La recepción de los fondos Next Generation en España va a representar un hito histórico único en la existencia de nuestra relación con la Unión Europea, del que se ha de derivar sin duda una mayor afección de los españoles por Europa.
España ha sido y es un país que tradicionalmente defiende bien sus posiciones en Europa, y es considerado un socio fiable de la Unión y un miembro del núcleo duro de su gobernanza. Por ello nuestra capacidad de influir en la política europea es grande y nuestras oportunidades serán cada vez mayores. La aplicación de las políticas europeas, más allá de los fondos estructurales que hemos recibido durante décadas, han producido grandes transformaciones positivas en España y nos han ayudado enormemente a modernizarnos y alcanzar un nivel de vida más alto y sostenible.
Es cierto que todo lo europeo parece incorporar ingentes dosis de burocracia y control, y por tanto ser generador de retrasos e ineficiencias, pero el saldo debe considerarse necesariamente mucho más positivo que lo contrario. España es el país europeo que ha aprovechado mejor los fondos recibidos y ha sabido crecer en infraestructuras estratégicas y logísticas y en modernización tecnológica además de preservar su medio ambiente y ser uno de los campeones europeos de la sostenibilidad.
La salida del Reino Unido de la UE ha dejado a Gibraltar conectado, con su vocación europea demostrada, a una España que ahora tiene la oportunidad histórica de conseguir, en negociaciones con la UE y con el Reino Unido, la incorporación de Gibraltar al espacio europeo a través de España, dando una buena solución a los gibraltareños y a los andaluces del Campo de Gibraltar que tiene un enorme potencial de futuro positivo para ambas partes.
NUEVAS TRANSFORMACIONES SOCIALES
La igualdad y la inclusión son elementos esenciales determinantes de una nueva sociedad moderna y más justa. Hay que hacer un esfuerzo continuado de toda la sociedad y la política para garantizar que estos procesos son imparables y estratégicos para consolidar un buen futuro para todos. Pero la fraternidad y el humanismo emergen como un requisito imprescindible y único para asegurar el buen fin de todas las políticas y garantizar un mejor y más justo desarrollo de la humanidad. Hay que hacer un gran esfuerzo de transmisión de estos valores para neutralizar los efectos del economicismo y la robotización tecnológica.
La modernización científica mediante la inteligencia artificial creará oportunidades espectaculares para la humanidad, pero ha de ser administrada con un patrón de ética y humanismo transversal a todas las actividades, y que deberá ser el resultante de una vigilancia normativa y de unas pautas de conducta individuales claras, autolimitantes y comprometidas. La educación ha entrado en una peligrosa fase de estancamiento en España, dado que ya cumple deficientemente su función de ascensor social, ni de ofrecer al sistema productivo la fuerza de trabajo adecuadamente formada y preparada para el ejercicio laboral. La falta de formación profesional y el sobrante de capacitación universitaria son un clamor en España cuya solución debe ser implementada de urgencia.
Hemos de crear una sociedad intergeneracional inclusiva, igualitaria y humana donde la edad y la condición social, el género y la brecha digital, no sean un factor de discriminación. Una política de mayores como colectivo líder en un continente viejo es imprescindible, pero con un sentido profundo de consideración de los mayores como sujetos cada vez más activos del progreso a través de la economía de la longevidad, y no como una carga. El patrimonio cultural español, es un factor de identificación enorme con el European Cultural Heritage que la UE trata de impulsar como elemento crítico de unión para la futura y cada vez más cercana ciudadanía europea. España debería jugar un papel de liderazgo en ello solicitando a la UE el establecimiento en España de un centro de la Comisión Europea para el fomento del European Cultural Heritage.
Es necesario revisar el rol de la mujer en la transformación de la sociedad para que la digitalización sea un factor de impulso de la igualdad, y no una trampa regresiva que se acentúe por los patrones de violencia contra las mujeres en Internet y que estos se trasladen a la vida real.
TÍTULO II
ESPAÑA EN EUROPA: ¿LIDERAZGO O DEPENDENCIA?
EL PAPEL DE EUROPA EN EL NUEVO ORDEN INTERNACIONAL
Europa necesita reforzar su estructura militar conjunta. La creación de un ejército europeo es un reto relevante para los próximos meses o años, sin el que difícilmente los europeos vayamos a poder ser considerados unos actores mayúsculos con liderazgo propio en el mundo. España debe incrementar su reserva y equipamiento operativo militar para ser un actor principal en el futuro ejército europeo, acorde con la posición de liderazgo que pretende jugar en Europa. De las 37 operaciones militares conjuntas de la historia de la UE el 36% de los soldados que han participado han sido españoles. Con ello España demuestra su posición de liderazgo y compromiso en la Unión. Se hace imperativo promover una política de defensa y seguridad europea común que pueda permitirnos tratar de iguales a las dos superpotencias, Estados Unidos y China.
La debilidad energética europea se ha puesto de manifiesto de manera aguda con la crisis energética, agravada por la guerra de Ucrania, y la dependencia europea de Rusia y su aliada Argelia se hace insostenible. Para la consecución de la autonomía energética europea y su seguridad de suministro, España puede jugar un papel estratégico y esencial por su mix energético, único de energías renovables, principalmente solar, y nuclear y por sus siete plantas de regasificación únicas en Europa. Además, concentramos junto a Italia casi un tercio de los activos energéticos europeos a través de los campeones nacionales (Iberdrola, Endesa y Naturgy) junto a la italiana Enel. De manera que la posición de España está siendo de liderazgo en la fijación de la política energética europea que ha de venir próximamente. Sin esta seguridad de suministro y autonomía energética Europa no podrá ser jamás un bloque líder mundial y tendrá que conformarse con un papel secundario no hegemónico en el panorama internacional.
La presencia europea en África, que ha sido regresiva en los últimos años, representa otro desafío pendiente de la Unión Europea para jugar un papel de liderazgo internacional. Así como para gestionar mejor las crisis migratorias continuadas que se generan, y generarán cada vez más en el continente africano. Europa debe por tanto realizar muchos deberes internos pendientes antes de pretender jugar un papel hegemónico mundial, pero debe aspirar a ello y convertirse en el tercer pilar del Orden Mundial junto a Estados Unidos y China sin depender de ninguno de estos dos bloques, e interactuando con ellos indistintamente buscando nuestros mejores intereses independientes y autónomos de todos.
Asimismo, Europa necesita para ser competitiva a nivel mundial culminar sus reformas y unificaciones pendientes en las materias más esenciales como la unión bancaria, el presupuesto único y la fiscalidad armonizada. Cuestiones sin cuya resolución impedirán que la UE se convierta en un motor de competitividad único y extraordinario.
LA TRANSFORMACIÓN DE ESPAÑA MEDIANTE LA ECONOMIA DE LA ECOLOGÍA Y DE LA DIGITALIZACIÓN
En España los precios de la energía van a ser de los más competitivos de Europa por el mix de orígenes energéticos basados en energías renovables y nuclear. Además, con componentes no contaminantes de los mejores del mundo. De manera que podríamos disfrutar de un nuevo milagro español con un establecimiento masivo de grandes industrias internacionales que buscan seguridad de suministro energético y costes estables y competitivos, además de unas infraestructuras envidiables y unas finanzas totalmente internacionalizadas. Todo ello en un marco estable de seguridad jurídica.
El mercado de capitales español es razonablemente eficiente, aunque falta aumentar el canal de empresas medianas que puedan cotizar en los mercados financieros organizados, y así tener músculo financiero para su digitalización e internacionalización. España es uno de los países desarrollados del mundo con menor capitalización bursátil en relación con el PIB, demostrando así una falta de potencialidad de crecimiento que hay que corregir. La economía verde española será muy potente en Europa y en el mundo, pues tiene un triple componente único simultaneo de liderazgo energético verde, liderazgo en activos naturales, patrimonio de la humanidad, liderazgo en espacios de naturaleza de sol, playa y montañas únicos en el mundo, y liderazgo mundial en producción de energía renovable en términos de porcentaje sobre el total de la energía consumida.
La apuesta española por la inteligencia artificial es potente y vanguardista, y el Gobierno ha realizado un esfuerzo muy especial en las infraestructuras de súper computación y transformación digital que tendrá sus resultados en el corto y medio plazo, siendo un factor diferencial relevante para la futura competitividad internacional de España. Es necesario continuar esta apuesta con incentivos a la captura del talento especializado y poner a disposición de la inteligencia artificial las bases de datos estratégicas mediante una regulación flexible e inteligente de la protección de datos.
LIDERAZGO ESPAÑOL EN EUROPA Y POLÍTICA MEDITERRÁNEA
En Europa el poder no se expresa en quien tenga más fuerza sino en quien desarrolle la mejor capacidad de negociación con habilidades para transar e intercambiar intereses y oportunidades. Los liderazgos en Europa son cada vez más compartidos y fundamentados en núcleos duros con intereses y valores compartidos. Una política mediterránea conjunta con Italia especialmente como aliado estratégico es importante para contraponerse al eje franco alemán, ahora que además de garantizar mejor la seguridad alimentaria de Europa, también podemos ser los mejores garantes de la seguridad energética y logística. Todo ello en un marco estable y próspero de sostenibilidad, que el Mediterráneo y su impacto natural han de garantizar en la UE.
La política mediterránea tiene que ver también con los valores esenciales de la Unión y el European Cultural Heritage que se anclan en la cultura griega y especialmente romana y del Renacimiento, además de en un acervo cultural e histórico de ámbito católico cuyos orígenes milenarios, como el de Felipe II, rey más poderoso del mundo, conforman el poder sociocultural mediterráneo como el más importante en el seno de la UE. El corredor mediterráneo español enlazado con la parte de corredor francés de la Costa Azul y las rivieras de Liguria, Toscana, Roma y Nápoles van a representar el mayor desarrollo logístico y portuario de Europa, que será el eje troncal de la seguridad alimentaria europea y de los suministros esenciales.
Pero ante una nueva Europa de dos velocidades, como quieren los alemanes y los franceses, es evidente que España e Italia estarán en el grupo de la primera velocidad y además como líderes estratégicos de la UE. El auténtico liderazgo europeo habrá de ser ejercido desde una inteligente interacción entre el eje francoalemán y el eje mediterráneo. Veremos por tanto cada vez más un papel destacado de España en la política europea, gracias a su creciente peso energético y en la sostenibilidad además de su importancia indiscutible en las finanzas privadas europeas y en la logística internacional. La política mediterránea tiene un fundamento estratégico clave en la política africana y migratoria de la UE, que serán determinantes para la estabilidad y el futuro de la Unión. Es en este enorme desafío en el que la política mediterránea debe imponerse en Europa, por encima de otros intereses materiales más egoístas e insolidarios con los países europeos mediterráneos y los de la otra orilla africana.
TÍTULO III
UN MUNDO EN CONVULSIÓN: LATINOAMÉRICA EN LA ENCRUCIJADA, LA RELACIÓN TRANSATLÁNTICA CON ESTADOS UNIDOS Y REINO UNIDO, LA EMERGENCIA DEL PODER ASIÁTICO Y EL FUTURO DE ÁFRICA LA CONFRONTACIÓN EEUU Y CHINA. CONSECUENCIAS PARA EUROPA Y ESPAÑA
El centro de gravedad económico mundial estaba hasta hace poco en el Atlántico Norte entre Estados Unidos y Europa, pero es evidente que ahora se ha desplazado hacia Asía entre China y Estados Unidos. Con el agravante que tanto en Latam como en África los americanos y europeos han sido sustituidos de manera clara por chinos especialmente y rusos. China se ha convertido en una potencia global tanto financiera como industrial y tecnológica y su expansión internacional ha sido formidable en la última década hasta la covid. En 5 a 10 años, China se convertirá en líder mundial y compartirá la hegemonía global con Estados Unidos, incluida la seguridad mundial.
Europa debe ser neutral en la pugna entre los dos colosos estando más cerca de los americanos en valores y cada vez más alejados en intereses económicos compartidos, siendo China un nuevo aliado estratégico comercial, financiero y tecnológico difícil de sortear y menos aún de sustituir, con pocos valores compartidos, pero en proceso de comprensión mutua y distensión. La supremacía del capitalismo estadounidense sobre el comunismo chino no va a ser posible, y por tanto se imponen la convivencia inteligente y cooperativa y las alianzas bilaterales en los sectores de interés estratégico común como las tecnológicas, la logística, la sanidad, la sostenibilidad energética, la aeroespacial y las finanzas.
Una alianza global con China de la UE y España garantizará mejor nuestro futuro que lo contrario. Hay que promover una mayor permeabilidad en la gobernanza y la transparencia en el mundo de los negocios internacionales entre nuestros principios y valores y los suyos, buscando un arbitraje permeable y satisfactorio para ambas partes. Hay que evitar los riesgos de una desglobalización forzada por los americanos y acentuada por la reacción protectora de ambas potencias, ya que sería letal para el mundo. A medida que Europa participe de una estrategia colaborativa con China, la globalización quedará asegurada y el conjunto de la humanidad saldrá fortalecido. Lo contrario terminará en una situación de ventaja para los americanos en detrimento de Europa.
Hay que defender la democracia sin duda alguna, pero regresando a la multilateralidad porque China ya tiene en sus plataformas de comercio 147 países aliados y 30 organizaciones multilaterales a favor. Ahora trata de extender esta influencia a una gran plataforma de transacciones financieras sobre el yuan y fuera del dólar, a la que Europa no podrá dar la espalda por mucho que los americanos nos presionen, porque sería un error estratégico irreparable.
NUEVO PARADIGMA ESPAÑOL EN LATAM
Latam sigue siendo una realidad esencial para España y un objetivo estratégico conjunto de crecimiento y progreso. También debe serlo de la UE, aunque su esfuerzo en la región ha sido pobre comparado con el realizado por China, que se ha convertido en la potencia inversora de referencia de la zona. La realidad es que España ha perdido peso relativo en Latam a pesar de haber hecho un esfuerzo inversor y de gestión extraordinario desde la década de los 90. Ello es así por el auge de los gobiernos populistas en la región y su creciente confrontación con la llamada ahora España colonial. Existe igualmente una desafección creciente del mundo empresarial hispano y europeo por un continente cada día más en manos del populismo extremista, que genera inseguridad jurídica y miedo entre el mundo del dinero.
Ello no obstante es imprescindible regenerar una política de relaciones cooperadoras y flexibles con los países de Latam y con sus dirigentes, que han sido elegidos más democráticamente o menos, en sus países respectivos, y que ahí están, y nosotros ni los vamos a cambiar ni podremos ni deberemos hacerlo. De manera que hay que desarrollar un nuevo paradigma relacional basado en el respeto, la confianza y la seguridad y con el objetivo de mantener viva la llama de la globalización responsable y sostenible. Latam es la gran reserva de capital natural del mundo junto con África, así como el mejor garante de nuestra futura seguridad alimentaria. Por lo que las alianzas público-privadas se hacen absolutamente irrenunciables para garantizar nuestra sostenibilidad futura tanto en España como en la UE.
Hay que trabajar juntos desde la humildad y la generosidad por una integración de un capitalismo inclusivo más humanista y menos economicista en la región, como antídoto de los populismos extremos y el regreso al comunismo intervencionista y limitante. España debe ser líder e impulsor estratégico de una nueva política de inversiones europeas, tanto públicas como privadas en Latam, y generar de inmediato las sinergias operativas necesarias a tales fines poniendo un especial énfasis en las iniciativas público-privadas en la zona.
ÁFRICA, ASIGNATURA SIEMPRE PENDIENTE
África emerge como un continente de gran futuro en medio de grandes dificultades. Para Europa es esencial que en África haya desarrollo sostenible y que haya prosperidad interior que mitigue los efectos negativos de la emigración ilegal masiva hacia nuestros territorios. Ello contrasta de forma sorprendente con la falta de visión estratégica y de las inversiones europeas en África. La salida clamorosa y sonora de los americanos, y también de los europeos, de África ha abierto las puertas de par en par a los chinos y rusos que se están adueñando de la región, con una presencia inversora y financiera potente, y un respaldo militar evidente y muy eficaz para sus intereses.
Los elementos transaccionales vinculados al control y al compliance hacen casi imposible el flujo financiero europeo en África. La implementación de cualquier plan África desde la Comisión Europea va a requerir de un nuevo modelo más flexible de cumplimiento normativo en los países africanos y en su gestión del dinero europeo, ya que de lo contrario será imposible que lleguen al tejido productivo privado africano. Se prevé una influencia china de crecimiento exponencial en la región que Europa debe tratar de contrarrestar por su propio bien. En primer lugar, por ser un terreno fértil en oportunidades y en necesidades por cubrir, y en segundo lugar por ser un área de generación ilimitada de problemas migratorios severos para el conjunto de la Unión.
Marruecos ha de constituir una plataforma estratégica de acercamiento y penetración europea en África, con España como país puente. Los Intercambios crecientes entre la UE, especialmente de España y Francia con Marruecos, y de este con una buena parte de países africanos, son premonitorios de una buena alianza estratégica común. La política da alianza y buena vecindad del Gobierno de España con Marruecos es un factor crítico de bienestar y estabilidad no solo bilateral sino intercontinental y debe seguir impulsándose por esa senda.
África es asimismo una reserva energética, de recursos naturales y alimentarios que hay que mimar y cortejar porque nos va mucho en ello para nuestro futuro. España debe impulsar un Plan África de la Unión Europea que canalice los fondos europeos para que las empresas españolas y europeas pueden desarrollar los grandes contratos de infraestructuras, energías, agua, logística y alimentación en la región, intentando recuperar el tiempo y el terreno perdidos. Los problemas de África vinculados a la salud, a la exclusión digital y financiera, y a la falta de oportunidades y de democracia, han de ser mitigados por un compromiso solidario de la Unión Europea y una acción determinada de cooperación y de fraternidad responsable, hoy bastante limitada a las ONG y a la Iglesia católica.
La presencia rusa en las zonas de influencia islamista extrema supone un desafío superlativo de seguridad para todo el planeta y en especial para la UE. Es por ello por lo que también se requiere una nueva política de presencia militar europea y multilateral que pueda ayudar a neutralizar esa peligrosa deriva.