Laura Rojas-Marcos
Psicóloga clínica, colaboradora del Proyecto Libertad de asistencia psicológica a las víctimas del 11-S y académica de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Artículo publicado en el diario «ABC» el 10 de diciembre de 2021
Laura Rojas-Marcos, reconocida psicóloga clínica y académica de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), reflexiona sobre las relaciones tóxicas que aborda en su último libro, «Convivir y compartir» (Grijalbo), en un artículo publicado por el diario «ABC» el pasado 10 de diciembre. La especialista distingue entre personas tóxicas o relaciones tóxicas y actitudes tóxicas. «Todos podemos ser tóxicos en algún momento porque somos imperfectos, porque tenemos días malos y porque cualquier persona puede caer en el abismo de la queja, de la frustración y la negatividad», considera.
Para Rojas-Marcos, identificar a esas personas que define como «timadores o estafadores emocionales» supone explorar los diferentes perfiles de toxicidad. Se trata de reconocer e identificar, entre otros, a los manipuladores, que son aquellos que usan la culpa y todas las emociones asociadas a ella para hacer un chantaje emocional; a los quejicas pesimistas, aquellos que continuamente caen en la queja y viven permanentemente en ella; a los que siempre tienen excusas, que nunca se comprometen o rompen su palabra a menudo; a los rígidos o inflexibles que critican y recuerdan todos los errores que cometen los demás; a los falsos generosos que siempre acaban echando sus favores en cara, o a los agresivos, que son, en opinión de Rojas-Marcos, los que provocan un mayor malestar emocional porque provocan un estado de tensión continuo.
Para la académica, es necesario tener las cosas claras y tomar decisiones respecto a estas personas. «Lo primero es decidir con cabeza cómo vamos a gestionar el hostigamiento o la provocación de esa persona. Unas veces podremos hablar desde el respeto y la escucha activa, pero otras tal vez nos veamos obligados a darnos media vuelta o incluso a pedir ayuda. En muchos casos la mejor opción es poner límites desde la calma y evitar reaccionar, sin embargo en otras ocasiones es mejor apartarse física y emocionalmente de esa persona», explica.
El siguiente paso es transmitir a esa persona la propia decisión y razonarla por el malestar que le causa. «Hay que tener una actitud asertiva y aprender que decir que no desde la autoconfianza nos ayuda mucho en las relaciones interpersonales, especialmente a la hora de resolver conflictos. Es cierto que a veces es poco agradable decir a alguien que no, pero el resentimiento y el rencor que puede surgir si no lo hemos dicho cuando debíamos puede producirnos un malestar aún mayor», concluye.
Laura Rojas-Marcos ingresó como académica el pasado mes de julio con el discurso «Envejecimiento activo: salud y bienestar en las personas mayores». Especializada en tratamientos de ansiedad, depresión, conflictos familiares, shock cultural y adaptación, es licenciada en Psicología por la Universidad de Nueva York y máster en Psicología por la Universidad Albert Einstein de Yeshiva, ha trabajado en el Hospital Bellevue de la Universidad de Nueva York, en el Instituto de Familia Puertorriqueña y, tras los atentados del 11-S, colaboró en el proyecto creado por el Gobierno estadounidense para ofrecer asistencia psicológica a las víctimas. Es autora de diversos libros, como «Hablar y aprender: conversaciones con mi padre» y «La familia. De las relaciones tóxicas a las relaciones sanas».