Francesc Torralba, director de la Cátedra Ethos de Ética Aplicada de la Universidad Ramon Llull y de la Cátedra de Pensamiento Cristiano del Obispado de Urgell, miembro del Dicasterio de Cultura y Educación de la Santa Sede y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), participó el pasado 31 de agosto en las «Jornadas de Teología» organizadas por la Delegación de Enseñanza del Seminario Diocesano de Urgell bajo el título «Què ens fa humans? Neurociències i Teologia». Las sesiones se desarrollaron en la Seu d’Urgell, estuvieron presididas por el arzobispo Joan-Enric Vives y contaron con una nutrida asistencia que superó el centenar de personas, principalmente laicos vinculados a la Pastoral de la Educación, la catequesis y la asistencia social, además de sacerdotes y profesores de religión.

Tras iniciar su intervención con un emotivo recuerdo a la muerte de su hijo adolescente este mismo verano en un accidente en la montaña y explicar su propio duelo, el académico presentó las ponencias «Quina és la singularitat humana? El nostre lloc en el cosmos», «Humans, transhumans i posthumans. Crítica del transhumanisme» y «Cridats a transcendir-nos. Som éssers de frontera». En ellas abordó desde el papel del ser humano en la creación, un ser único dotado de palabra, conciencia y libertad, hasta las nuevas tecnologías que pueden incidir profundamente en nuestras vidas, incluido el ámbito biológico, como las nanotecnologías que introducidas en el organismo producen cambios en el rendimiento, percepción o imaginación; las biotecnologías o tecnologías de la vida, que pueden alterar en los procesos vitales; las tecnologías de la información y de la comunicación, que pueden modelar nuestras creencias, o la robótica, que puede modificar nuestra interacción social y relación con el mundo exterior. Sin olvidar los modelos de transcendencia del ser humano.

«Cuando decimos que tenemos conciencia nos referimos en primer lugar a la capacidad de saber que existimos, algo que no pueden decir otros seres vivos. Nosotros somos conscientes de que estamos y que no estaremos allí siempre. Después está la conciencia moral en la que Immanuel Kant profundizó mucho, la conciencia de transgredir la norma y de entrar en conflicto con el sistema de creencias emergente, una consecuencia muy emocional que es la culpa o, por el contrario, la convicción de haber obrado correctamente. Está también la conciencia histórica, que nos permite saber que venimos de un pasado y vislumbramos un futuro, que presupone el recuerdo que configura una identidad. Existe la conciencia cósmica o la experiencia de formar parte de un todo inmenso y sentirnos vinculados fraternalmente a él como una partícula independiente de ese todo. Y está, finalmente, la conciencia de la llamada, la capacidad de establecer un diálogo con Dios, el creador de todo, y poder ser receptores de su llamada estableciendo un diálogo vertical a través de la oración para alcanzar la plenitud», reflexionó sobre nuestro yo.

Docente y divulgador del humanismo cristiano en importantes medios de comunicación catalanes como Catalunya Ràdio y los diarios «La Vanguardia» y «El Punt Avui», el académico es autor de libros destacados como «El sentit de la vida» (2008), «No passeu de llarg» (2010), «El valor de tenir valors» (2012), «Un mar d’emocions» (2013), «Córrer per pensar i sentir» (2015), «Saber dir no» (2016) o «Món volàtil» (2018). Ya durante la pandemia, Torralba ha publicado los libros «Humildad», «Paraules de consol. En la mort d’un ésser estimat», «Formar personas. La teología de la educación de Edith Stein»«Vivir en lo esencial. Ideas y preguntas después de la pandemia», «L’ètica algorítmica», que fue galardonada con el Premio Bones Lletres de Ensayo Humanístico que otorgan la Real Academia de Buenas Letras y la editorial Edicions62; «La façana de la Glòria de la Sagrada Família. Fonts espirituals i teològiques de l’escatologia d’Antoni Gaudí», fruto de su cuarta tesis doctoral, que leyó hace un año, y «Cuando todo se desmorona. Meditar con Kierkegaard» (2023).