Pilar Bayer, catedrática emérita de la Universidad de Barcelona, fundadora del Seminario de Teoría de Números de Barcelona, miembro de la Junta de Gobierno de la Sociedad Catalana de Matemáticas y académica de número y vicepresidenta de la Sección de Ciencias Experimentales de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), pronunció el pasado 17 de octubre la conferencia inaugural del curso académico 2024-2025 de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona, de la cual es miembro, que llevó por título «Equacions diofàntiques: la recerca de les lleis que regeixen els nombres». «Las ecuaciones diofánticas son sencillas de formular. Para escribirlas, basta con conocer las cuatro operaciones aritméticas básicas: sumar, restar, multiplicar y dividir. Sin embargo, resolverlas es una cuestión muy distinta. Sus soluciones a menudo representan sólo la punta de un iceberg inmerso en un universo numérico. Revelar una parte de este universo es el objetivo de nuestra lección. Toda la lección está enfocada a la comprensión de la conjetura de Birch y Swinnerton-Dyer, un problema abierto desde los años 1960, que trata sobre la relación entre el rango de una curva elíptica y las propiedades de su función L», resumió la ponente su intervención.
Un día antes, Bayer ofreció la conferencia inaugural del curso de la Facultad de Matemáticas y Estadística de la Universidad Politécnica de Cataluña, dedicado este año al matemático indio Srinivasa Ramanujan. De ahí que la charla de la académica llevase por título «Ramanujan i l’infinit: de les particions a la funció tau», en la que presentó algunos de sus descubrimientos y explicó cómo Ramanujan revolucionó el campo de las particiones con sus intuiciones y fórmulas asintóticas. Asimismo introdujo la función tau, que definió como una de sus creaciones más misteriosas y genuinas del matemático indio, así como en las matemáticas que posteriormente se derivaron. La sesión contó con la presencia de Jordi Guàrdia, decano de la facultad.
Bayer protagoniza la campaña #científicasCASIO dando su imagen a una calculadora científica de esta reconocida firma tecnológica sumándose así a un proyecto divulgativo que la División Educativa de la empresa puso ya en marcha hace cinco años para dar visibilidad a las investigadoras coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer Matemática. Asimismo es una de las principales protagonistas de las nuevas rutas turísticas familiares basadas en las matemáticas y en la tecnología lideradas por mujeres que impulsa la Generalitat de Cataluña, en concreto, es la imagen de la propuesta para la ciudad de Barcelona.
La académica ha contribuido de forma crucial al desarrollo de la teoría de números en la matemática española. Empezó sus estudios de matemáticas en una época en la que para las mujeres no era nada fácil iniciar una carrera científica, y fue la única mujer de su promoción en proseguir con los estudios de doctorado. Realizó su tesis doctoral sobre aritmética de cuerpos de números, que defendió en 1975, y se convirtió así en la segunda mujer en obtener un doctorado en matemáticas por la Universidad de Barcelona. Trabajó cuatro años como posdoctorada en la Universidad de Ratisbona (Alemania), ha publicado 30 artículos de investigación en revistas del más alto nivel («Inventiones Math.», «J. Reine Angew Math.» o «Math. Ann.») y es autora o editora de 19 libros, así como de diversos trabajos de divulgación. Bayer es asimismo académica numeraria de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona y de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales y ha obtenido la Medalla Narcís Monturiol al mérito científico y tecnológico, entre otros. Ha dirigido 15 tesis doctorales, todas de temas diferentes, lo que ha enriquecido enormemente un grupo que actualmente cuenta con algunos de los mayores especialistas en teoría de números.
Por su parte, la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona se constituyó en 1764 como sociedad literaria privada bajo el nombre de Conferencia Physycomatemática Experimental y, en virtud de la real cédula del 17 de diciembre de 1765, pasó a Real Conferencia Física como cuerpo público consultivo del rey para asuntos de Cataluña. En 1770 cambiaría su título por el de Real Academia de Ciencias Naturales y Artes de Barcelona hasta que la real orden del 7 de diciembre de 1887 determinó el nombre actual. En estos dos siglos y medio de vida, la institución ha trabajado para la divulgación de los conocimientos científicos y tecnológicos en la ciudad y tiene en el Observatorio Fabra, fundado en 1904 como observatorio astronómico, meteorológico y sísmico, uno de sus principales signos de identidad. En el año 2018 la Organización Meteorológica Mundial lo reconoció como estación meteorológica centenaria de observación a largo plazo.