August Corominas, profesor de Fisiología Humana de la Universidad de Murcia y de la Universidad Autónoma de Barcelona y académico emérito y miembro del Senado de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «De abuelos a nietos«. Adentrándose en esta misma materia, el académico compartió recientemente en esta publicación los artículos «Los cuatro jinetes del apocalipsis gerontológico: soledad, silencio, dolor y nocturnidad» y «Reflexión antropológica de la edad centenaria« y es autor de uno de los capítulos del libro «Vitalidad al envejecer. Si lo deseas, puedes vivir más años con salud», editado por la Real Corporación con el apoyo de Vichy Catalán.
Da abuelos a nietos
La sociedad está cambiando mucho. En los tiempos actuales, si comparamos una o dos generaciones, creo que puede ser útil una nueva visión de la familia trigeneracional. Yo siempre digo que la familia es comparable a una pirámide, los abuelos en el vértice, los nietos en la base y los padres a media pirámide. En principio, salvo casos especiales, todos los niños tienen cuatro abuelos. Pero me he visto en Estados Unidos que pueden tener ocho o incluso 12 si, lógicamente, los padres se han divorciado. Pero pensemos en nuestro caso particular. Es interesante hablar y recordar los perfiles de abuelos, padres y nietos. No quiero referirme a situaciones únicas, se trata de opiniones personales relacionadas con la experiencia vivida.
Perfil, obligaciones y derechos de los abuelos
Los abuelos son personas mayores que ya han vivido su vida. Pero la vejez puedes ser una nueva etapa creadora y formadora. Los abuelos están en general jubilados, en una situación que puede definirse como tercera edad, postadultez, vejez, ancianidad o cuarta edad. Es de agradecer que sean abuelos con salud, mínimamente dotados económicamente, con actitud positiva, con vida familiar participativa, ganas de convivir con los nietos… Que quieran evitar la soledad, con optimismo, serenidad y bonhomía y que amen la biosfera y colaboren a combatir el cambio climático y enseñarlo a los nietos.
Padres y madres
Son los que tienen más responsabilidades y más dolores de cabeza de toda la familia, intentando subir a los hijos (y nietos) lo mejor posible en función de su economía, cultura y la propia profesionalidad. Los padres y madres deben conseguir un crecimiento biológico y personal de sus hijos. Hay que intentar tener unos objetivos de estudios y deportes que se cumplan. Atención con los amigos. El amigo lo eligen los niños, pero lo vigilan o controlan los padres.
Formación humana, valores, europeísmo, universalismo y futura tecnología, informática, robótica e inteligencia artificial son algunos de los campos que los niños de hoy deben explorar con ayuda de sus padres. Los padres si todo va bien algún día serán abuelos.
Hijos y nietos
Nietos, niños y niñas en fase de crecimiento, deben aprender, formarse, hacer caso de sus padres. La edad perfecta para su desarrollo intelectual: a los cuatro años leer y escribir; a los cinco , empezar a desempeñarse con las nuevas tecnologías; a los 10 años, los estudios primarios y empezar con los idiomas extranjeros; a los 12, socializar en grupos de amigos. La socialización con 16 años es en grupos de amigos y primeras relaciones afectivas. A los 18 años, estudios universitarios o trabajo profesional. A los 25 años deben terminar sus estudios e integrarse en el trabajo profesional. A los 28 puede llegar el primer hijo. Y a lo 30 años damos por concluida la juventud fisiológica y sigue la vida.
La relación entre abuelos y nietos
Tengo ocho nietos y puedo constatar que es magnífico hablar y comunicarse con uno o varios de ellos. ¿De qué? Estudios, política, deportes, vida personal, viajes, idiomas y mucho mas. Yo también he tenido abuelos y padres y guardo muy buen recuerdo de mi experiencia con ellos cuando era niños. Cuánto han hecho de abuelos por mí. Recuerdo su papiroflexia, muy divertida, y las conversaciones con mi abuelo, quien junto a mi primo, Marcel, cada semana nos invitaba a comer y nos daba un duro para que nos lo gastásemos en lo que quisiéramos.
La muerte y desaparición de un abuelo es algo triste y doloroso, pero su recuerdo es eterno. Asistí muy emocionado al entierro y funeral de un abuelo, amigo mío. Al final de la ceremonia apareció su nieto y tocó al saxo las canciones que gustaban a su abuelo. Amor, interacción, comunicación… ¡Qué maravilla!