Xabier Añoveros, académico de número y vicepresidente de la Junta de Gobierno de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), presentó en el Ciclo de Ponencias que celebró la Academia el pasado mes de enero en Barcelona y Madrid el trabajo «La España vacía. La España olvidada», en el que realizó un sucinto análisis sobre las zonas despobladas de España, su aislamiento, sus difíciles accesos y escasez de servicios básicos, la dureza de la vida rural, la entrada de la política en el mundo rural y las posibles soluciones para revitalizarlas.
«España, por muy diversas razones, pero siempre basadas en un tema económico de subsistencia, empezó a despoblarse ya desde comienzos del siglo XIX. Últimamente, con el desarrollo desorbitado de las grandes ciudades y las dificultades de escolarización, así como la falta de oportunidades para la juventud, la despoblación ha aumentado de una forma, al parecer, imparable», inició el académico su argumentación. De la misma forma que su origen, Añoveros también situó en esos principios del siglo XIX las primeras ideas que surgieron para resolverlo aunque, como ahora, no pasaron del debate político.
Para el académico, ni las recurrentes y poco articuladas propuestas de la revitalización turística de estas zonas despobladas o bien de atracción hacia el teletrabajo han resuelto el problema ni siquiera a pequeña escala. Tampoco planes gubernamentales para favorecer el sector primario, propio de estas zonas, como el Plan General propiciado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. El ponente calificó sus propuestas como simples y poco trabajadas e indicó que se han demostrado escasamente eficaces.
Ante ello, Añoveros propone la creación de un Ministerio de Igualdad Territorial que se ocupe, exclusivamente y con un presupuesto generoso y suficiente, de la España vacía, de sus problemas, sus infraestructuras y sus servicios, como las comunicaciones, escuelas, servicios bancarios, de la creación de pequeños negocios basados en los productos y frutos de la agricultura y ganadería local, en la constitución de cooperativas eficaces que ayuden y agrupen a pequeños productores, así como canales económicos, ágiles y prácticos de distribución.
«Este nuevo ministerio debería poner en marcha una agenda rural, en línea con la agenda rural europea, para concretar y coordinar el conjunto de actuaciones necesarias para el desarrollo de los territorios afectados por la despoblación. Debería también luchar contra el envejecimiento de los pequeños núcleos rurales, muchos de ellos en riesgo de desaparición, y ocuparse con urgencia de la transformación ecológica que debe afrontar el país y de su reequilibrio territorial. Debería asimismo coordinar al resto de ministerios con competencias en muchas de las cuestiones relacionadas con esa España olvidada, sin olvidar los organismos de las Comunidades Autónomas dedicados a este menester», expuso.