Francisco García-Valdecasas Santamaría (1910-2005) es el protagonista de la vigesimoctava entrega que la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) dedica a las grandes figuras de la ciencia y el pensamiento que han formado parte de su historia y que la actual Junta de Gobierno quiere agradecer, reconocer y reivindicar, en el convencimiento de que quien no tiene memoria, no tiene futuro. Reconocido fisiólogo y farmacólogo, García-Valdecasas fue rector de la Universidad de Barcelona entre 1965 y 1968, fundador y director de la Escuela Profesional de Farmacología Clínica y autor del «Manual de Farmacología» que fue libro de obligada lectura para los estudiantes de Medicina españoles e hispanoamericanos durante varias generaciones. La selección de estos escogidos académicos, de todos los ámbitos del conocimiento, es fruto de la investigación llevada a cabo para la publicación del «Libro del Centenario» de la Real Academia, editado hace ya cuatro años. Personalidades que trascienden su contexto histórico para aparecer hoy en día como referentes del saber.
Nacido en Córdoba, donde ejercía su padre, el magistrado José María García-Valdecasas, pronto destacó por su vocación por los estudios, que cursó entre Córdoba, Almería y Málaga antes de desplazarse a Madrid, donde se licenció en Medicina en la Universidad Complutense en 1932. Fue discípulo predilecto de Juan Negrín y compañero de Severo Ochoa, con quien le unió una estrecha amistad. Amplió sus estudios en la Universidad de Gotinga (Alemania). Se doctoró con la tesis «La vitamina C y las cápsulas suprarrenales», que mereció mención especial del tribunal, y obtuvo en 1940 la cátedra de Farmacología de la Universidad de Barcelona, una plaza que no abandonaría hasta su jubilación. Desde allí forjó a varias generaciones de farmacólogos, ya que de su cátedra salieron trece catedráticos e impulsó el Servicio de Transfusión Sanguínea del Hospital Clínico de Barcelona. Fue miembro del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y consejero nacional de Educación. En 1960 fue nombrado vicerrector de la Universidad de Barcelona hasta que, en 1965, ocupó el cargo de rector en un período de lucha estudiantil. Durante su rectorado impulsó la creación de la Escuela Profesional de Anestesiología, la Cátedra de Lengua y Literatura Catalana y la restauración del Estudio General Luliano.
Asimismo, concedió un local en el edificio histórico de la universidad para acoger la sede del entonces Colegio de Doctores. Fue también elegido académico de la Real Academia de Farmacia de Cataluña y de la Real Academia de Medicina de Cataluña.
Su labor docente y científica mereció numerosas distinciones, como la Gran Cruz de la Orden de Alfonso X el Sabio, la Gran Cruz del Mérito Naval, la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica y la Medalla Narcís de Monturiol de la Generalitat de Cataluña. Casado con Julia Salgado Peñarredonda tuvo 10 hijos, entre ellos el ginecólogo Manuel García-Valdecasas, el cirujano Juan Carlos García-Valdecasas, académico de número de la RAED, o la exdelegada del Gobierno en Cataluña y ministra Julia García-Valdecasas, esposa de Xabier Añoveros, académico de número y vicepresidente primero de la RAED.