Marc Yeste, doctor en Biología Celular, ingresó como académico de número de la Real Academia Europea de Doctores (RAED) durante una solemne ceremonia que se celebró el pasado 22 de julio en la Sala de Actos de Fomento del Trabajo, sede académica. El recipiendario leyó el discurso de ingreso «Influencia de la edad materna en la competencia funcional del oocito». Le respondió en nombre de la Real Corporación la académica de número y vicepresidenta de la Junta de Gobierno Maria Àngels Calvo. La sesión pudo seguirse por streaming a través del canal de YouTube de la RAED, donde puede visualizarse. Yeste ya era académico correspondiente de la RAED, donde ingresó en 2023 con el discurso «La ciencia de la espermatología: del origen de la disciplina al paradigma actual».
El experto retomó en buena medida ese primer estudio, basado en el gameto masculino, para centrar su discurso como miembro numerario en el gameto femenino, el oocito, abordando uno de los problemas que se dan actualmente en las sociedades occidentales ante el retraso voluntario de la maternidad: la infertilidad. «Durante las últimas décadas, el número de mujeres que decide posponer el momento de tener hijos no ha dejado sino de incrementar sustancialmente, especialmente en los países occidentales. Los motivos que explican esta decisión son múltiples e incluyen, entre otros, la carrera profesional, la estabilidad laboral, la situación socioeconómica, factores emocionales, y la posibilidad de tener una pareja estable. Desafortunadamente, el aumento de la edad materna también aumenta la infertilidad, pues la probabilidad de que una mujer conciba de forma natural después de un año de relaciones sexuales sin protección disminuye significativamente a partir de los 35 años. Ello se debe a los procesos de envejecimiento que tienen lugar en el ovario, que son únicos y complejos e implican una reducción tanto de la cantidad cuanto de la calidad de los oocitos», introdujo el académico la materia de su estudio.

Dr. Marc Yeste
Yeste señaló que la disminución en la cantidad de oocitos se debe a que la reserva de estos se establece durante el desarrollo fetal, de modo que las mujeres tienen una cantidad fija de folículos que va disminuyendo con la edad. Por otra parte, la reducción de la calidad se explica, entre otras razones, por el aumento del daño en el ADN y del porcentaje de los oocitos aneuploides, la disfunción mitocondrial y el estrés oxidativo, explicó el experto. «Los efectos primarios del envejecimiento oocitario conducen a otras consecuencias posteriores, como la degradación de determinadas proteínas, la inestabilidad del citoesqueleto, cambios en la regulación de las vías de señalización celular y alteraciones en la comunicación del complejo células del cúmulus-oocito (COC)», afirmó. Ante este escenario, Yeste ofreció las soluciones científicas que abren una vía al optimismo y permiten el desarrollo de estrategias para mitigar los efectos del envejecimiento oocitario, como la criopreservación de los oocitos. Para ello, señaló, la investigación en este campo es fundamental para la salud reproductiva de la mujer y constituye uno de los mayores desafíos en el ámbito de la fertilidad humana.
«La aparición de las técnicas de reproducción asistida ha permitido incrementar la fertilidad de las pacientes con una edad reproductiva avanzada. Especialmente importantes son los avances en las técnicas de diagnóstico genético preimplantacional que permiten detectar aneuploidías a partir de un blastómero y seleccionar y transferir, después, los embriones euploides. A pesar de estos avances en las técnicas de diagnóstico, lo cierto es que no se dispone de ningún tratamiento efectivo que elimine completamente los efectos adversos del incremento de la edad materna en los oocitos, pues el envejecimiento, también el de las células germinales, no es sino una característica más del fenómeno de la vida», concluyó el académico.
Yeste es director del Centro de Biotecnología de la Reproducción TechnoSperm, investigador del Instituto Catalán de Investigación y Estudios Avanzados y profesor de Biología Celular en las facultades de Medicina y Enfermería de la Universidad de Girona, donde dirige su Instituto de Tecnología Agroalimentaria. Es docente, asimismo, del Máster en Embriología Clínica de la Universidad de Oxford. Su investigación se ha centrado en la biología de la reproducción de distintas especies de mamíferos. Ha publicado más de 260 artículos y 20 capítulos de libro sobre la materia y ha participado en más de un centenar de proyectos de investigación y contratos con empresas. Coordina el Grupo Consolidado de Investigación en Biotecnología de la Reproducción de la Generalitat de Catalunya que se desarrolla de forma conjunta entre expertos de la Universidad de Girona y la Universidad Autónoma de Barcelona.