August Corominas, profesor de Fisiología Humana de la Universidad de Murcia y de la Universidad Autónoma de Barcelona y académico emérito y miembro del Senado de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «La furia de los dioses», en el que aborda los problemas que conducen al ser humano y al planeta a la autodestrucción. El académico ha compartido recientemente en esta publicación los artículos «Los cuatro jinetes del apocalipsis gerontológico: soledad, silencio, dolor y nocturnidad», «Reflexión antropológica de la edad centenaria«, «De abuelos a nietos», «¿Es posible llegar a los cien años o incluso más?», «Mecanismos de tanatoquímica y tanatofísicos en el proceso de morir«, «Genética y envejecimiento. Progeria y síndromes progeroides», Los grandes beneficios del aquagym, «La bondad y la maldad«, «El papel vital de los abuelos», «La fragilidad de los mayores», «Los rostros del mal» y «Maldad y crueldad. Apocalipsis destructivo en las guerras actuales». Además, es autor de uno de los capítulos del libro «Vitalidad al envejecer. Si lo deseas, puedes vivir más años con salud», editado por la Real Corporación con el apoyo de Vichy Catalán.
La furia de los dioses
Llevamos unas semanas en que leer el periódico o ver televisión crea un gran impacto social, por eso creo que, en sentido metafórico, estamos atravesando una tormenta. A todos los niveles y en todos los ambientes. Como una tormenta a la que nos castigan los dioses griegos.
Acabamos de pasar la tormenta de la Covid, de la que muchas personas solo recuerdan el confinamiento, y ahora vemos a todo el mundo en cafeterías, restaurantes y discotecas. Me recuerda la salida de un colegio. La Covid estuvo mal informada y mal organizada. Además, estaban los negacionistas, que no creían en ella. Pues resulta que fueron seis millones de fallecidos y 20 millones de enfermos. Parece que debemos prepararnos para futuras pandemias gripales, de ébola o de ántrax (que ya comienza en Zambia).
La biosfera acoge muchas especies de plantas, animales y humanos. Todas las especies, incluida la humana, con 8.000 millones de personas, estamos abocados a la autodestrucción si no cambian las cosas. Porque estamos arreglados con los políticos que tenemos. Con alguna excepción, nuestros políticos no saben parlamentar, sólo saben insultar y humillar a los oponentes. Las peleas del parlamento generan inquietud y malestar a todo el mundo, hay mucha confrontación y manifestaciones múltiples y agresivas, son del estilo de los criticados botellones.
Seguimos con los dramas. Soledad de la gente mayor, suicidios de viejos y jóvenes, feminicidio, asesinatos por doquier, violaciones de chicas, pederastia. La muerte de amigos y familiares, robos, matanzas de pareja. ¡Horror! Hay mucho egoísmo, sadismo, narcisismo, paranoias, psicopatías, falta de ética (Síndrome D).
Además, hay crisis social, crisis económicas, crisis alimentarias, crisis sanitaria, crisis política, emergencias climáticas que en las cumbres internacionales como la celebrada en Dubai no se resuelven. El secretario general de la ONU dice que nos vamos hacia un precipicio para no solucionar los problemas del calentamiento.
El problema de las dos grandes guerras mediáticas que sufrimos es también increíble. La de Putin y la Netanyahu. Muertes y más muertes. No respetan las leyes de las guerras ni los derechos humanos, vemos atrocidades militares, las bombas caen indiscriminadamente sobre viviendas y hospitales, sobre médicos y ambulancias con enfermos, iglesias, universidades, centrales eléctricas, centrales nucleares… ¡Horror! Mueren criaturas en Palestina, ya son 5.000. Entierros en fosas comunes… ¿Qué más? Frustración y pena, terror y barbarie.
Qué podemos decir para acabar: el pasado ha muerto, el futuro es incierto, lo presente es real y debemos tratar de vivirlo. Carpe diem.