Joan Francesc Pont, catedrático de Derecho Financiero y Tributario de la Universidad de Barcelona, presidente de la Fundación Ferrer i Guàrdia, gran comendador de honor del Supremo Consejo Masónico de España y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), presentó el pasado 29 de noviembre en la Sala Larra del Ateneo de Madrid el libro «Historia del Supremo Consejo Masónico de España (1780-1811)» (Masónica), que ha escrito junto al también experto en la materia Josep Lluís Domènech, gran canciller y gran maestro adjunto del Gran Oriente de Cataluña. Firma el epílogo el académico de número Santiago Castellà, subdelegado del Gobierno en Tarragona, director de la Cátedra Tarragona Smart Mediterranean City y del Máster de Smart City Management Zigurat-Universidad de Barcelona y secretario general de la Fundación Pro Real Academia Europea de Doctores. El acto estuvo presentado por Francisco del Barrio, miembro de la Sección de Ciencias Económicas del Ateneo, y contó con la presencia de Octavio Carrera, soberano gran comendador del Supremo Consejo Masónico de España, quien intervino junto a los dos autores para reseñar el momento histórico que recoge la obra, clave en la conformación de la francmasonería española.
«La presente obra va mucho más allá de lo que su primera apariencia pudiera indicarnos. Efectivamente es, y en eso estriba su valor central, una historia de los más de dos siglos del Supremo Consejo Masónico de España (o quizás sea mejor decir aún de las Españas). Pero, para además ser, y querer ser, una explicación vivencial, biográfica, ejemplificadora de la aplicación del método masónico y su capacidad de transformación personal, y en especial del escocismo, del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. En cierta manera, ambos son caminos que se recorren paralelamente de manera espontánea, cuando la explicación de la historia del Supremo Consejo se hace, sin pretender perder por ello ni un ápice del rigor histórico y de la metodología historiográfica, desde la implicación personal de quienes han vivido las potencialidades transformadoras del método iniciático masónico en su búsqueda del perfeccionamiento de su propia existencia biográfica. Pero hay una tercera historia de esta historia, y quizás la que para mí tiene especial interés y relevancia, la que nos muestra ese camino entre la España ilustrada que se repiensa hasta la saciedad, dolida y frustrada por los supersticiosos lastres de la intransigencia, la incultura, el aislamiento y el miedo, sacando lo mejor de sí misma, su alma regeneracionista y su fe en el progreso de la humanidad, para construir la mejor versión de la experiencia compartida y convivencial que supone la nación», recordaron los dos autores la presentación que aparece en la obra.
A lo largo de sus capítulos, el libro analiza la aparición de la francmasonería en España y su papel en la construcción nacional, la figura de los grandes comendadores Bernardo de Gálvez (1780-1786) y José María de Noroña (1786-1794), el decisivo papel del gran comendador marqués de Santa Rosa y conde de Saint Laurent (1795-1811), el caballero de Ramsay como embajador avanzado del Rito, Étienne Morin y su patente, la génesis del Rito de Heredom, el Supremo Consejo para los Estados Unidos de América, Grasse-Tilly y los dos Supremos Consejos de Indias (el francés y el hispano) (1802), el Supremo Consejo de Francia (1804) y los que les siguieron: Italia (1806), Dos Sicilias (1809), España (1811) y Países Bajos (1817), y refiere la aportación de los grandes comendadores hasta la actualidad, con un mensaje final de Octavio Carrera.
Como gran estudioso de la masonería española, Pont ofreció el pasado mes de junio en la Biblioteca Rossend Arús, en el marco del ciclo «La Primera República a Barcelona ara fa 150 anys», la conferencia «Francmaçoneria i Primera República. Els anys seixanta i setanta del Segle XIX» junto a la historiadora Catalina Martorell. En este caso, la ponencia abordó el renacimiento de la francmasonería entre los grandes maestros y grandes comendadores Manuel Ruiz Zorrilla y Práxedes Mateo Sagasta, que llegaron a ser presidentes del consejo de ministros tras la revolución liberal de septiembre de 1868 para situar a la francmasonería en el corazón del proyecto liberal, inicio de su edad de oro en España.