August Corominas, profesor de Fisiología Humana de la Universidad de Murcia y de la Universidad Autónoma de Barcelona y académico emérito y miembro del Senado de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «La bondad y la maldad«, en el que aborda las bases fisiológicas y culturales de la actitud del ser humano respecto a sus prójimos. El académico ha compartido recientemente en esta publicación los artículos «Los cuatro jinetes del apocalipsis gerontológico: soledad, silencio, dolor y nocturnidad», «Reflexión antropológica de la edad centenaria«, «De abuelos a nietos», «¿Es posible llegar a los cien años o incluso más?», «Mecanismos de tanatoquímica y tanatofísicos en el proceso de morir«, «Genética y envejecimiento. Progeria y síndromes progeroides» y Los grandes beneficios del aquagym. Además es autor de uno de los capítulos del libro «Vitalidad al envejecer. Si lo deseas, puedes vivir más años con salud», editado por la Real Corporación con el apoyo de Vichy Catalán.
La bondad y la maldad
La bondad es el ejercicio del poder que tiene cada persona para beneficiar a otros a propósito. La maldad es el ejercicio del poder que tiene una persona para hacer daño a otros propósitos. Estoy muy interesado en la neurofisiología de la conducta de la persona humana. ¿Es diferente desde el punto de vista molecular a una persona buena de una persona mala? Yo creo que no. Ambas propiedades dependen del ambioma, expuesto en el genoma y el epigenoma. Algún neurólogo afirma que la acción de la oxitocina está relacionada con la generosidad, la conducta maternal y la conducta paternal. La maldad masculina se relaciona con la testosterona, dando prepotencia, agresividad y el poder y mando del macho. Los niños que sufren maltrato o agresiones físicas o abusos sexuales serán sin duda responsables de muchas conductas agresivas.
Los científicos se preguntan si somos buenos o malos por naturaleza. Thomas Hobbes creía que el ser humano era malo por naturaleza, que el hombre era un lobo para el propio hombre. Jean-Jacques Rousseau consideraba, por el contrario, que el ser humano era bueno por naturaleza. Por ejemplo, los salvajes se ayudan unos a otros en caso de necesidad. Sigmund Freud decía que la naturaleza humana contiene la potencia o facultad tanto de ser bueno como de malo. Personalmente, creo que se debe esencialmente de la genética, educación, familia y su actitud (ambiente correcto o malos tratos), convivencia, amistades, agresiones físicas o psicológicas, tóxicos, películas, televisión y otros muy posibles factores que son específicos de cada individuo.
Los antropólogos toman como paradigma los ejemplos de la literatura y de la cinematografía: «Frankenstein», «La bella y la bestia», «Dr. Jekyll y Mr. Hyde», «El síndrome de Estocolmo». Se habla en neurobiología de la maldad de la tríada oscura (narcisismo, maquiavelismo y psicopatía). Ingo Zettler también considera el egoísmo, la ausencia de ética y código moral, el sadismo, la malevolencia y el interés social. Finalmente, se cita el cuento de la rana y el escorpión: este pide a la rana que le ayude a cruzar el río; ella le contesta que no, porque le picaría. El escorpión le promete que no. Ella le ayuda a cruzar el río y a la mitad le clava el aguijón. Ella, indignada, le pregunta que por qué lo ha hecho. El escorpión le contesta que es por su naturaleza. Esta introducción es el preludio para relacionar la maldad, la bestialidad, el sadismo humano, la tortura y la muerte.
Un ejemplo de maldad actual lo encontramos en las acciones criminales de Adolf Hitler, Yósif Stalin o Vladímir Putin, son las acciones de un señor de la guerra de Nigeria, del grupo terrorista Boko Haram, que recientemente ha secuestrado (por segunda vez) a un grupo escolar de adolescentes con objeto de conseguir un rescate o una venta de chicos y chicas; ellas vendidas como esclavas sexuales o simple regalo a sus guerreros. Lamentable. Pero, ¿qué ha hecho la sociedad de Europa? ¿Y las Naciones Unidas? Es triste, pero un niño africano vale menos que un europeo. Y las mafias que organizan pateras para la travesía de Mauritania a Canarias con un precio de 2.000 euros saben que los emigrantes se juegan la vida. ¿Esto no es maldad, ofrecer a los pobres un viaje que puede acabar en mortalidad y naufragio?
La tortura es el acto de infligir deliberadamente dolor físico o psicológico y posiblemente lesiones y secuelas a una persona. Desgraciadamente tenemos en la historia medieval grandes, malditos torturadores, como fue el inquisidor Tomás de Torquemada (1478-1497), auténtica maldad, bestia humana, fanático, traidor, cruel, ignorante, déspota que utilizaba los tormentos más refinados para obtener confesiones auténticas y falsas. En los campos de concentración, cómo era posible el daño voluntario, el daño por el disfrute, matanzas colectivas, guerras, atrocidad, crueldad, violencia extrema, violencia sexual, crueldad masiva, espanto, temor a la población, amenazas de mal mayor, hambrunas.
¿Por qué tanto odio en la humanidad? Incluso los animales son feroces, pero no crueles. En casi toda la historia se ha utilizado la tortura para las confesiones de los enemigos como castigo, venganza, reeducación política o religiosa. Los métodos de tortura escalofriantes más usuales son la flagelación, la gota malaya, los golpes en el cuerpo o la planta de los pies, la electricidad, el empalamiento, la agresión sexual… Todo esto produce dolor intenso, ansiedad, estrés psicosomático y ocasionalmente la muerte. En este país tenemos amarga experiencia de los métodos que utilizaba la policía en sus calabozos. Y las matanzas de millones judíos en el Holocausto. Y de prisioneros en manos de los doctores Josef Mengele y Shiro Ishii, médico japonés en la Segunda Guerra Mundial. ¿No fueron pura maldad sus prácticas?