Joaquín Ruiz-Giménez, ministro de Educación entre 1951 y 1956, embajador de España ante la Santa Sede entre 1948 y 1951, defensor del pueblo entre 1982 y 1986 y destacado académico de la historia de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), protagoniza una reseña histórica en el portal especializado Economist & Jurist sobre su figura, clave en la Transición, con motivo del aniversario de su nombramiento como primer defensor del pueblo. La Real Academia lo tiene entre sus miembros destacados en su apartado «Académicos de nuestra historia centenaria», elaborado con motivo de la publicación del libro que recoge la historia de la institución desde su fundación a principios del siglo XX.
«Ruiz-Giménez ejerció de defensor del pueblo desde 1982 a 1987. Fue catedrático de Filosofía del Derecho en las universidades de Madrid, Salamanca y Sevilla. La Universidad Carlos III le concedió el primer doctorado honoris causa de su historia. Se había licenciado en Derecho por la Universidad Central en 1934, también inició la carrera de Filosofía y Letras. Como embajador ante la Santa Sede negoció el Concordato que se firmaría en 1953. Fue ministro de Educación, presidente del Club de Amigos de la Unesco, de Pax Romana y de Unicef Española, vicepresidente del Instituto Internacional de Derechos Humanos y miembro de la Real Academia Europea de Doctores. Sus inquietudes políticas le llevaron a fundar Izquierda Democrática, que se integraría en la Federación de la Democracia Cristiana. Fundó ‘Cuadernos para el Diálogo’ y nos ha legado un puñado de libros jurídicos, de los que cabe destacar ‘La concepción institucional del derecho’ y ‘Derecho y vida humana’«, resume la publicación la trayectoria del recordado académico.
Al frente de «Cuadernos para el Diálogo», Ruiz-Giménez dio voz desde 1963 a destacadas firmas opositoras al franquismo, provenientes en su mayoría de sectores progresistas de la izquierda y de una incipiente democracia cristiana española. En 1967 fue elegido vicepresidente de la Asociación Española de Cooperación Europea, desde donde se convirtió en un referente de la alternativa democrática interna al régimen, en el que había ocupado destacados cargos políticos. Como tal se reunió en 1970 con el ministro de Asuntos Exteriores de la República Federal Alemana, Walter Scheel. Desde Izquierda Democrática participó en la constitución de la Plataforma de Convergencia Democrática junto a los representantes de otras fuerzas políticas como el PSOE, la UGT y la Unión Social Demócrata. En 1977 presentó su candidatura al Congreso de los Diputados. Sin embargo, la Federación de la Democracia Cristiana, de la que formaba parte, no obtuvo representación.