Mariàngela Vilallonga, presidenta de la Fundación Prudenci Bertrana y académica de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), participó el pasado 25 de octubre en la presentación del libro «El derecho a soñar. Vida y obra de Ana María Martínez Sagi», de Juan Manuel de Prada, quien protagonizó un acto que se celebró en la Sala de la Caritat de la Biblioteca de Catalunya, en Barcelona. La sesión contó también con la participación del escritor y periodista Sergio Vila-Sanjuán, director del suplemento cultural «Cultura/s» del diario «La Vanguardia». Editada por Espasa, la obra se divide en dos volúmenes que abordan como no se había hecho hasta ahora la vida y la obra de esta deportista, intelectual y activista durante los años previos a la Guerra Civil española, que marcaron su exilio.
Los dos ponentes y el autor de esta completa biografía esbozaron el perfil de una mujer que fue poeta, periodista y la única fotorreportera española que fotografió la Guerra Civil desde el frente, además de una pionera en el deporte femenino en España como campeona de jabalina, creadora del Club Femenino y de Deportes en Barcelona y la primera mujer directiva del Futbol Club Barcelona. Tras la guerra, en el exilio, Martínez Sagi llevó una vida introspectiva que la apartó de los foros públicos. «Una segunda vida igualmente apasionante, pero muy desconocida, porque es una vida en el anonimato», señaló De Prada, que ha centrado sus esfuerzos en escudriñar la actividad de la intelectual a lo largo de estos años.
En esta desconocida etapa, Martínez Sagi vivió en País, colaboró con la Resistencia contra la ocupación de la Alemania nazi, y posteriormente se desplazó a Cannes, donde coincidió con la esposa del Aga Khan cuando era pintora callejera, y acabó decorando su mansión. Después se instaló en la Provenza y ya en la década de los años 50 se estableció en Estados Unidos, donde trabajó en la Universidad de Illinois y en la que permaneció dos décadas dando clases de francés y español. En todo ese tiempo nunca dejó de escribir. Volvió a España tras jubilarse en 1977, en plena transición política a la democracia. Se instaló en Moià y renunció a cualquier presencia pública. Fue Juan Manuel de Prada quien dio con ella y rescató del olvido esta fructífera etapa de Martínez Sagi en el exilio.
Por otra parte, Vilallonga también participó el pasado 15 de noviembre en la presentación del libro «L’Odissea de Mercè Rodoreda», de Jordi Julià, con quien compartió espacio en la Llibreria 22 de Girona. La obra, editada por Eumo Editorial, mereció el Premio de Ensayo Ricard Torrents Bertrana, convocado por la Universidad de Vic-Universidad Central de Cataluña. Se trata de un estudio de la obra inacabada de Rodoreda «Món d’Ulisses», en la que la escritora reinterpretaba la epopeya homérica desde una mirada de mujer. De esta forma, Julià pone luz a la faceta más desconocida de Rodoreda, la de poeta, y analiza la calidad artística y profundidad de pensamiento de sus escritos, que reflexionan sobre la condición humana, la maldad, el absurdo o el dolor.
Tras su etapa como consejera de Cultura de la Generalitat de Cataluña entre marzo de 2019 y septiembre de 2020, un cargo por el que renunció a la vicepresidencia del Instituto de Estudios Catalanes, Mariàngela Vilallonga reemprendió su actividad docente hasta su jubilación el curso pasado. Desde mayo es, además, presidenta de la Fundación Prudenci Bertrana. En 2016 fue reconocida con la Creu de Sant Jordi, la máxima distinción que otorga la Generalitat, por sus investigaciones en literatura humanística latina de la Corona de Aragón. Recientemente, fue nombrada consejera del grupo editorial Grup62.