Miquel Ventura
Biólogo, director de proyectos de la Fundación Pro Real Academia Europea de Doctores y colaborador habitual de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Miquel Ventura, director de proyectos de la Fundación Pro Real Academia Europea de Doctores y colaborador habitual de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), propone una serie de acciones concretas para salvar la biodiversidad de mares y océanos en el trabajo «Mares y océanos. Valores más allá del azul», con el que participa en la primera edición del proyecto Retos Vitales para una Nueva Era, impulsado por la Fundación Pro Real Academia Europea de Doctores junto a la RAED. La primera entrega de Retos Vitales vio la luz el pasado mes de abril en formato de libro con el objetivo de establecerse como un informe pluridisciplinar anual de referencia sobre la nueva realidad que surge tras la pandemia.
«El mar ha sido siempre un espacio vital para la expansión de la humanidad y una fuente ilimitada de recursos. Hoy, este magnífico ecosistema planetario sufre una implacable transformación como resultado de los impactos derivados de nuestro patrón de desarrollo. La sobreexplotación de los mares, la pérdida de biodiversidad, la contaminación y el deshielo en los polos son algunos de los principales indicadores de este acelerado y adverso proceso. Podemos lamentarnos de que hasta ahora no hemos hecho bien las cosas, pero en realidad estaríamos perdiendo un precioso tiempo del que no disponemos y que deberíamos invertir en la acción. Hemos conseguido avanzar mucho en el conocimiento sobre las ciencias marinas, de su importante interdependencia con la biosfera planetaria y también de cómo legislar mejor para proteger nuestros océanos; un valioso saber para actuar en positivo y sin dilación contribuyendo con celeridad a revertir la situación», inicia el experto una reflexión que trata de huir de la denuncia o el simple buenismo para adentrarse en el terreno de la acción.
Ventura comienza su estudio destacando la estrecha relación que el hombre, a través de su historia y sus civilizaciones, ha tenido con mares y océanos, fuente de riqueza tanto por la explotación de sus recursos como generador del comercio entre diferentes pueblos y culturas. La explotación del mar ha hecho que el hombre deje desde antiguo su huella ecológica, aunque en particular desde la edad industrial y el mundo superpoblado de finales del siglo XX y principios del XXI, cuando la inmensidad de los océanos se ha revelado insuficiente para asimilar la sobreexplotación pesquera, el tráfico mercante marítimo o una constante y masiva llegada de residuos desde ríos y costas, con una alarmante presencia de plástico que no se descompone. Desde la década de los años 70 del siglo pasado ello ha supuesto un creciente déficit ecológico.
A esta situación, de por sí alarmante, se suman los importantes e indeseables efectos del calentamiento global sobre el medio marino. «Los mares y océanos desempeñan un rol esencial para mantener la vida en la Tierra influyendo en los patrones climáticos del globo y permitiendo el desarrollo estable de innumerables ecosistemas de los que dependemos. Esta valiosa función natural está seriamente amenazada por los efectos del calentamiento global del planeta, el aumento de la temperatura del agua de sus mares y océanos, la elevación del nivel del mar y la acidificación oceánica. En realidad el cambio climático afecta a todos los hábitats y ecosistemas del planeta, bosques, ríos, lagos, selvas tropicales, sabanas y desiertos, también a las sociedades y a sus economías, pero el medio oceánico sigue siendo el epicentro del calentamiento global», señala Ventura.
Para revertir esta situación, el estudio apunta acciones y estrategias concretas. Entre las primeras destaca el establecimiento de protección de la línea de costa, modular la estabilidad climática que permite el desarrollo de la vida marina en todas sus formas o la generación de la llamada «proteína perfecta», una idea revolucionaria sobre la explotación sostenible del pescado azul para alimentar al mundo protegiendo los océanos. «Los enfoques integrados capaces de combinar aspectos ecológicos y socioeconómicos son muy necesarios para proteger las reservas de capital natural y garantizar la prestación de servicios de los ecosistemas marinos», señala el investigador.
Para Ventura también resulta fundamental innovar implementando nuevos modelos de gobernanza (custodia marina, reservas de la Biosfera, áreas marinas protegidas, parques marinos nacionales e internacionales, etc.) del medio litoral y marino integrando a los agentes sociales más importantes que utilizan el mar para su beneficio y corresponsabilizándolos tanto de los éxitos como de los fracasos. Por último señala el camino desde la estrategia defensiva a la ofensiva en la protección del medio marino hasta alcanzar la que denomina estrategia de reorientación, una explotación sostenible y rentable que ha venido en agruparse bajo el concepto de economía azul.
Retos Vitales para una Nueva Era ha iniciado su andadura con el compromiso de una cuarentena de científicos, entre ellos varios premios Nobel, exministros y exjefes de Estado, todos referentes en sus ámbitos de estudio, que aportarán sus propuestas para elaborar este completo y novedoso estudio. Una rigurosa guía de la denominada nueva realidad desde sus múltiples aristas.