“Occidente siempre ha pretendido subsumir la experiencia colectiva en la experiencia personal”
Enrique Tierno, académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), repasa en la ponencia “Las Confesiones literarias” la trayectoria y la actualidad de un género íntimamente ligado a la narrativa occidental que trata de explicar la realidad de una época o la religión desde una óptica íntima y reflexiva. “Esta forma literaria ha supuesto una constante en la historia de Occidente y subraya una característica permanente de la antropología occidental, a saber, la introspección -explica el académico-. Las Confesiones, desde un punto de vista histórico, coinciden con los momentos de máxima introspección que, además, suelen coincidir con momentos de cambios sociales profundos. Cuando se dan grandes cambios en la estratificación social aparecen las Confesiones”.
Tierno destaca dos obras de este género que trascienden la historia de la literatura para establecer dos momentos clave en la teología, la filosofía y la historia: las Confesiones de san Agustín y las de Rousseau. Y destaca tanto su vigencia como su adscripción a la cultura occidental. “La tradición literaria de las Confesiones no ha desaparecido todavía de la cultura occidental, pues en Occidente siempre se ha pretendido subsumir la experiencia colectiva en la experiencia personal. Esta actitud nos diferencia del mundo oriental”, reflexiona.
Aunque dentro de Occidente, Tierno destaca una tradición románica de la que se distancian las literaturas anglosajonas. En buena parte, considera, por la vanidad que encierran las Confesiones, algo sobre lo que la Reforma protestante se mostró muy crítica. “Las Confesiones pertenecen más al área de la cultura latino-románica, pues la cultura anglosajona las rechaza en favor de las grandes biografías, autobiografías o memorias”, explica el estudioso.
En cuanto a la influencia del género en la religión, Tierno pone ejemplos de calado más allá de la obra de san Agustín. “Unas Confesiones que merecen ser destacadas al apartarse del convencionalismo literario y que no volverán a tener su igual hasta Rousseau, son las de san Ignacio de Loyola. Tanto su ‘Vida’ como el ‘Diario Espiritual’ son Confesiones modernas en tanto descubren su intimidad, habiendo de vencer cierta vergüenza y temor a la crítica ajena”, destaca.