Francisco Kerdel rememora su trayectoria como médico y diplomático en una entrevista en «El Universal»
Francisco Kerdel, académico de número de la Academia Nacional de Medicina de Venezuela, de la Academia de Ciencias Físicas y Matemáticas y Naturales de Venezuela y académico correspondiente de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), explica en una entrevista publicada por el diario venezolano «El Universal» en su edición del pasado 28 de septiembre los inicios de la Universidad Simón Bolívar, que él mismo fundó, del Programa de Talento Venezolano en el Exterior, de los programas de la Cátedra Simón Bolívar de la Universidad de Cambridge que también fundó y de su época como embajador en varios países europeos. Asimismo, repasa la labor de los denominados Colegios Virtuales para llevar las nuevas tecnologías a las comunidades venezolanas más pobres y cómo hoy en día, desde su casa de Madrid, sigue trabajando incansablemente por la Venezuela que sueña en lugar de vivir su vida de jubilado.
«Cuando me iba a graduar de médico ocurrió el milagro que me cambió la vida, y fue que Armando Planchart y Anala Planchart me becaron para estudiar Dermatología en Estados Unidos. A lo largo de toda mi vida útil he tratado de pagarles lo mucho que hicieron por mí, dedicando tiempo y esfuerzo en encontrar formas y maneras de otorgar semejantes beneficios a otros jóvenes venezolanos, que con esos conocimientos y experiencia puedan contribuir al desarrollo de Venezuela», asegura. Kerdel rememora sus dificultades en sus primeros años como especialista en el Hospital General de Massachusetts, en Boston, y en el Hospital de Piel y Cáncer de Nueva York.
Como fundador de uno de los principales centros de enseñanza superior de su país y, por ende, de Hispanoamérica, Kerdel se muestra muy crítico con el estado de la enseñanza universitaria en Venezuela. «Muy desafortunadamente la educación en Venezuela no se atiene a la realidad y nos forma como ciudadanos de un país muy rico cuyas riquezas naturales podemos vivir y disfrutar, sin valernos de nuestro trabajo individual para mantenernos y dar apoyo a los menos favorecidos. Desde mi perspectiva es esencial cambiar esa leyenda y ser realistas. Todos estos problemas radican en un sistema educativo deficiente, y pueden y deben ser resueltos con los cambios y reformas pertinentes», considera.
El académico también rememora cómo el Programa de Talento Venezolano en el Exterior se inició bajo los auspicios del también académico de la RAED Federico Mayor Zaragoza, entonces aún director general de la Unesco. «Mi experiencia como embajador de Venezuela en Londres y París me permitió conocer y tratar mucha gente muy interesante, entre otros a los colegas diplomáticos, cuidadosamente escogidos por sus países de origen, y aprender en forma continua de sus extensos bagajes culturales», señala. Por último, Kerdel declara que su pasión por Venezuela desde la distancia sigue siendo su foco de inspiración. «Venezuela lo significa todo para mí. Mis padres y mis maestros me inculcaron desde niño que no había nada más noble que servir a Venezuela y a ello he dedicado toda mi vida. Actualmente, viviendo en España, mis limitadas posibilidades se enfocan en Venezuela y su futura reconstrucción, intentando coordinar esfuerzos en esa dirección», concluye.