Sheldon Glashow
Profesor honorario de la Universidad de Harvard, de la Universidad de Boston y de la Universidad de California en Berkeley; miembro de la Academia Nacional de los Linces de Italia, de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias, de la Sociedad Estadounidense de Física, de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos y de la Academia de Ciencias de Rusia; premio Nobel de Física y académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Sheldon Glashow, premio Nobel de Física y académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), ha visto finalmente probada y corroborada por un equipo científico una de las denominadas resonancias de Glashow, un fenómeno que predijo en los años 60 del siglo pasado en el marco del modelo estándar de partículas y que hasta ahora no se había demostrado de forma empírica. La comprobación, para la que se requería una velocidad y energía que actualmente no se pueden conseguir, ha sido posible gracias a las observaciones realizadas en el laboratorio IceCube de la Antártida, ubicado a sólo un kilómetro del polo sur.
El descubrimiento ha sido posible gracias a que en el año 2016 un rayo cósmico con antineutrinos muy energéticos interactuó con los electrones del hielo produciendo la resonancia que quedó registrada por el IceCube, aunque no ha sido confirmado y hecho público a la comunidad científica hasta ahora, cuando el descubrimiento y su estudio aparecen publicados en la reconocida revista «Nature».
«Glashow anticipó en la década de los 60 que se podía producir un bosón W negativo, una partícula subatómica descubierta en el Centro Europeo para la Investigación Nuclear (CERN) años después, a través de un proceso conocido como resonancia. Este supone la creación de partículas con una vida media muy corta dentro de una ventana de energía concreta, según explica Gianluca Calcagni, físico del Instituto de Estructura de la Materia del Centro Superior de Investigaciones Científicas. Para que el evento ocurra, hace falta la interacción de dos componentes: un electrón y un antineutrino del tipo electrónico. Los antineutrinos son también partículas elementales subatómicas con una masa muy pequeña. Es la versión antimateria de un neutrino. Sin embargo, ninguno presenta carga eléctrica, así que la única forma de distinguir entre ambos es observando qué ocurre cuando chocan con un átomo», explica la periodista especializada Leyre Flamerique en el diario «La Vanguardia».
La identificación clara de un antineutrino altamente energético procedente del espacio supone un hito en la exploración del espacio que hasta ahora no se había podido observar mediante la observación de la luz que emiten sus cuerpos. Además, lógicamente, de constituir una nueva pieza que encaja en la formulación de un modelo de partículas que es el fundamento de la Física actual al que se refiere el propio Glashow en el artículo que presentará en el marco del proyecto Retos Vitales para una Nueva Era que impulsa la Fundación Pro Real Academia Europea de Doctores conjuntamente con la RAED.
El modelo estándar de la física de partículas es una teoría de calibres basada en un grupo de Lie de tres componentes, en el que los bosones -fotones, ocho gluones y tres intermediarios débiles- actúan sobre tres familias extrañamente similares de fermiones fundamentales de quarks y leptones. Sus interacciones generan todas las fuerzas de la naturaleza con la excepción de la gravedad. En cuanto a la cosmología, el actual modelo estándar proporciona una descripción cuantitativa de un universo que comenzó en el Big Bang y que se está expandiendo desde entonces. Sin embargo, aún no hay una explicación de por qué sólo un 5% de la materia es visible.