Francisco López Muñoz, profesor de Farmacología y vicerrector de Investigación, Ciencia y Doctorado de la Universidad Camilo José Cela, miembro fundador del Comité de Observación del Observatorio de Derechos Humanos de España, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina del País Vasco, miembro de la Academia de las Ciencias y las Artes Militares y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), presenta a la comunidad académica el trabajo «Cajal y la forja del patriotismo cultural y científico español», publicado en el volumen 8, número 4, de los Anales de la Real Academia de Doctores de España fruto de la conferencia que impartió en la sede madrileña de esta institución, con el mismo título, el pasado 4 de octubre. En esta ponencia, el académico incidió en uno de los aspectos menos conocidos de Santiago Ramón y Cajal que ya abordó unos meses antes en la Cátedra del Español y la Hispanidad de las Universidades de la Comunidad de Madrid, organizada por las universidades madrileñas y la Fundación Madrimasd (Madrid+d).
«Tras licenciarse en Medicina, Ramón y Cajal ingresó en el Cuerpo de Sanidad Militar y en el año 1874, con el rango de capitán médico, fue destinado a Cuba, donde se libraba la primera de sus guerras de independencia. A pesar de la brevedad de su estancia en la isla, de apenas 14 meses, esa experiencia vital de juventud no le abandonaría jamás y marcaría, de forma sustancial, su pensamiento humanístico, político y social y la forma de entender España durante el primer tercio del siglo XX. La desazón ocasionada por la pérdida de Cuba, en 1898, donde estuvo próximo a perder la vida, llevó a Cajal, tras un periodo de reflexión personal, al mundo de la política, integrándose en el movimiento regeneracionista liderado por su muy estimado amigo Joaquín Costa«, inició López Muñoz su ponencia.
El experto recordó cómo el movimiento regeneracionista alcanzó su mayor apogeo cuando Costa organizó, en 1901, en el Ateneo de Madrid, un coloquio bajo el título de «Oligarquía y caciquismo como forma actual de gobierno en España». En él defendieron sus ponencias, entre otros, Miguel de Unamuno, Francisco Pi y Margall, Gumersindo de Azcárate, Emilia Pardo Bazán y el propio Santiago Ramón y Cajal, quien despuntó sobre el resto de ideólogos regeneracionistas en la defensa de la ciencia y la cultura. «En este contexto es cuando surge su ideal patriótico. Curiosamente, el término patriotismo y sus análogos constituyen las palabras más usadas por Cajal en toda su obra escrita, exceptuando sus textos histológicos. La visión cajaliana del quijotismo patriótico es siempre de carácter crítico, moral y políticamente neutral. Para un temperamento tan comprometido con el engrandecimiento de la patria y el resurgir de unos valores morales y culturales que borrasen la imagen de decadencia que tenía la España que le tocó vivir, la humillante derrota con los Estados Unidos y la pérdida material de unas tierras por las que el propio Cajal luchó y a punto estuvo de morir, dejaron una huella que no desaparecería hasta el final de sus días. “A patria chica, alma grande” sería su lema, y sus armas, la voluntad, la perseverancia, la tenacidad y el trabajo diario», señaló el académico.
Reconocido divulgador de la historia contemporánea, la literatura española de los Siglos de Oro y la medicina y farmacología, López Muñoz es doctor en Medicina y Cirugía y doctor en Lengua y Literatura Españolas, especialista en Medicina Farmacéutica y diplomado en Estudios sobre el Holocausto por la Escuela Internacional para los Estudios del Holocausto de Yad Vashem, en Jerusalén. Es investigador del Instituto de Investigación Hospital 12 de Octubre de Madrid y miembro de prestigiosas academias científicas internacionales. Ha participado en numerosas investigaciones y es autor de monografías y artículos en sus áreas de investigación.