Pedro Nueno

Dr. Pedro Nueno

Pedro Nueno, profesor de la escuela de negocios IESE-Universidad de Navarra, presidente de la Escuela de Negocios Internacional China-Europa (Ceibs) y académico de número y presidente de la Sección de Ciencias Sociales de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), analiza los valores permanentes que deben tenerse en cuenta en el mundo de los negocios, como la reflexión crítica, la formación continua de los gestores empresariales y la capacidad de comunicación en los artículos «Reflexionando», «Envejeciendo», «Autoengañándose» y «Hablando», que ha ido publicando en el diario «La Vanguardia» a lo largo del pasado mes de agosto.

En «Reflexionando», el académico destaca la importancia de detenerse a pensar y a elaborar un discurso razonado y fundamentado en el conocimiento y la experiencia antes de tomar cualquier decisión en el ámbito de los negocios, una práctica siempre aconsejable que no siempre se tiene en cuenta. «La reflexión puede orientarnos a apoyarnos en relaciones en la empresa para tratar de colocarnos en un puesto más alto que nos permita una mejor relación con los directivos de alto nivel, a crear algo que facilite esa relación. Puede ser un proyecto interno para evaluar en qué medida nuestros competidores han modificado su relación con sus clientes, que muchos son también nuestros. Puede existir la posibilidad de conseguir información: ¿qué cosas han cambiado nuestros competidores para tratar mejor a sus clientes? ¿A qué información acceden y cómo la manejan?», argumenta.

Por otra parte, en «Envejeciendo», reflexiona sobre la esperanza de vida, una jubilación cada vez más tardía y la necesidad que en el mundo de la empresa tendrán muchos gestores para poner sus conocimientos al día. Una nueva realidad que incide en el concepto de la formación continua. «Muchas empresas organizan programas internos de formación. Si las escuelas de dirección están al día, sus profesores conocen bien las tecnologías y su impacto e investigan sobre ello (la investigación más útil es conocer qué y cómo lo han hecho las empresas más avanzadas), quizás deberían pensar en cómo formar a las personas mientras adquieren experiencia y la actividad de la empresa es impactada por la evolución tecnológica, social, etcétera. Será útil disponer de los mejores profesores e invitar a los directivos más avanzados en estos temas a hablar sobre ello. También podría ser útil que las escuelas abordasen el estudio de esta evolución y su promoción por la vía de las asociaciones de escuelas que existen y que han contribuido a su mejor desarrollo. Esto puede evitar caer en un envejecimiento», señala.

En «Autoengañándose», Nueno incide en esa necesidad de formación en el mundo de los negocios para no perder competitividad en un mundo en constante cambio. «La telecomunicación está cambiando los bancos, está ayudando en el mundo médico. Se está colando en la formación. Todos estos cambios requieren un buen diseño, un buen conocimiento tanto de la parte tecnológica como de la de gestión. Todo indica que el proceso no ha terminado, que en unas empresas va mejor que en otras, que hay grandes diferencias en la preparación de las personas y la formación se va priorizando. No formarse es autoengañarse. Quienes prefieren prejubilarse a formarse se equivocan. No hay fondos para pagar pensiones muchos años», afirma.

Finalmente, en «Hablando», el académico pide respeto por todas las lenguas y culturas, destacando que, en el mundo de los negocios, lo importante es hacerse entender. «Ahora tenemos una gran preocupación por promocionar el catalán y sin duda sería una gran pérdida para nuestra cultura que se fuese perdiendo. Pero no podemos olvidar que el primer idioma del mundo es el inglés. Las mejores escuelas del mundo tienen cursos en inglés en Europa, en China, en Latinoamérica, en África. Muchos de los eventos internacionales en temas de medicina, dirección de empresas, arquitectura, temas financieros, etcétera, son en inglés. Los exámenes de admisión a buenas escuelas son en inglés. Por tanto hemos de enseñar inglés a los niños para asegurarles un mejor futuro», concluye.

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