Gay de Liébana reflexiona sobre las incertidumbres que abre el nuevo Gobierno presidido por Pedro Sánchez
José María Gay de Liébana, profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), reflexiona sobre las incertidumbres que para la economía española abre el nuevo Gobierno presidido por Pedro Sánchez en una entrevista publicada por «La Contra» del diario «La Vanguardia» en su edición del pasado 10 de enero. Para el académico, siendo una evidencia que la economía española decrecerá este año, como señalan los principales indicadores internacionales, carece de sentido que se amplíe la presión fiscal sobre la empresa.
«A Pedro Sánchez le diría que, en materia económica, hable a solas con los que más saben. Con los representantes de la pequeña y mediana empresa, y también con Amancio Ortega, Juan Roig, Clemente González Soler y Víctor Grífols: ninguno debe nada al BOE, y todos saben cómo subir un negocio. Después le aconsejaría simplificar reglamentación, apartar burocracia y dar facilidades a los autónomos. Si sube los impuestos a la grandes empresas irás a comprar sus productos… y te repercutirán esa subida en su precio. O no comprarás, y así decrecerán beneficios, y entonces deberán recortar sus plantillas… Veo indicativos sombríos, pero yo te los explico siempre sonriendo, porque hay siempre, ¡siempre!, margen para reaccionar», señala.
Para el académico resulta también fundamental que España invierta en investigación y en formación si pretende ganar solidez económica y no depender del devenir de los mercados y de las fluctuaciones del sector turístico y de servicios. Y para ello no duda en citar a Edmund Phelps, premio Nobel de Economía y académico de honor de la RAED. «Phelps lo sostiene en su ensayo ‘Una prosperidad inaudita’ y los datos lo confirman: los países que dedican más recursos a investigar prosperan más que otros. Lo dicen los porcentajes de inversión en I+D».
«En Corea del Sur, el 4,2% del PIB. En Estados Unidos, el 3%. En España, el 1,2%…», sostiene. Gay de Liébana pone en contraposición el enorme gasto de la maquinaria política y administrativa española. «Debemos 1,7 billones de euros, ¡y todos los políticos, igual!: más burocracia, más gasto, más déficit, más endeudamiento… Y ahora pasaremos de 16 ministerios… ¡a más de 20! Recorten la industria política, improductiva. El gasto público se reduciría en 45.000 millones de euros si abren las contrataciones: a eso equivalen sobrecostes y corrupción. ¡Por eso yo no voto! No seré cómplice de la quiebra», añade.
En cuanto al mercado laboral, pide una clara apuesta por su formación. «Los robots vaciarán fábricas y oficinas enteras de mano de obra. Otro: nuestro modelo productivo es frágil, es el del camarero. ¡Fomentemos la alta cualificación profesional! Yo animo a los jóvenes a formarse fuera, ¡pero mejoremos aquí el modelo productivo para que puedan regresar! En Irlanda hay baja presión fiscal y eso redunda en mucho empleo», señala. Por territorios, Gay de Liébana también lamenta la pérdida de competitividad de la economía catalana. «Cataluña es mi paisaje, y si me lo tensan me duele, pierde atractivo: el dinero pide calma. Veo a Valencia con más brío, y Madrid facilita mucho los negocios. ¡Ay, el Mobile World Congress, si seguimos haciendo deméritos!», concluye.