El historiador mexicano Enrique Sada, colaborador habitual de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica diversas reflexiones sobre la historia y la actualidad mexicana e internacional en los artículos «El odio a lo mexicano», «Nada por qué volver a pedir perdón», «Día de muertos: de origen hispánico y medieval», «Estados Unidos y su elección polarizante» y «¿Por qué ganó Trump y perdió Harris?», publicados entre los pasados 12 de octubre y 16 de noviembre en el diario digital El Siglo de Torreón y en el portal Código Libre.
En «El odio a lo mexicano», Sada lamenta el discurso oficial que se ha instalado en su país en buena parte de Hispanoamérica, fomentando la leyenda negra española, creada y fomentada desde el mundo anglosajón, y reivindicando un indigenismo parcial y distorsionado. «El odio contra lo español se tradujo a su vez en odio hacia todo lo mexicano no solo en nuestro país, como era de esperarse, puesto que si los hijos propios de aquella gran mezcla de los hispanos peninsulares y los nativos americanos no fueron capaces de advertir que esto era en detrimento de su población, los hijos de Inglaterra al norte del río Bravo si se lo hicieron saber a través de linchamientos públicos tanto como medidas discriminatorias impuestas desde establecimientos, hoteles y negocios donde públicamente se les negaba entrada o servicio a mexicanos, españoles y negros por igual hasta la promulgación de los derechos civiles en el año de 1970», explica.
Por su parte, en «Nada por qué volver a pedir perdón», el historiador incide en esa lectura sesgada de la Conquista, que llega desde ambas orillas del Atlántico, y recuerda la visita de Juan Carlos I a México en 1990, donde abordó el tema sin ambages. «Pretender equiparar los genocidios perpetrados criminalmente por las naciones sajonas con la gesta que emancipó a todas las tribus del Anáhuac después de 200 años de la esclavitud y el canibalismo mexica; hecho que impuso una paz al final de cuentas, fomentó el hermanamiento desde el mestizaje de lo mejor de ambos mundos y los derechos indígenas consagrados en las leyes de Burgos y las leyes de Indias, desde Isabel la Católica, Carlos V y Felipe II, puede entenderse hasta cierto punto en nuestros paisanos adoctrinados bajo la revolución triunfante durante décadas por el Instituto Smithsoniano, pero resulta inconcebible y triste en un peninsular que como representante político de su país ha perdido toda noción de identidad y dignidad propia al grado de desconocerse, repudiándose a sí mismo por politiquería, desde su ignorancia histórica», considera.
En «Día de muertos: de origen hispánico y medieval», el experto aprovecha la celebración del Día de Todos los Santos y el Día de los Santos Difuntos para señalar los orígenes de una de las celebraciones más populares y significativas de su país. «Aunque esta celebración que nos une no ha estado exenta de ser víctima del populismo oficialista y hasta de nuevas modas extranjeras, propias del marxismo cultural como la etnolatría y el falso indigenismo, en nuestro país, donde se ha querido vender la idea de ser una fiesta exclusiva de origen prehispánico, lo cual es falso, tal como lo demuestra también el arqueólogo mexicano Víctor Joel Santos Ramírez, quien subraya que estas fiestas nacen nada menos que de la Europa medieval y sus rituales cristianos, por lo que no son resultado del sincretismo indígena y europeo», explica.
Las recientes elecciones presidenciales en Estados Unidos central el artículo «Estados Unidos y su elección polarizante», en el que el experto destaca el papel de los electores hispanos en la victoria de Donald Trump y apuntó cómo pueden afectar estos resultados a las relaciones entre Estados Unidos y México. «La nación de las barras y las estrellas ha enfrentado nada menos que una de las elecciones más polarizantes de su historia. Una elección tan singular en la que el voto de los hispanos y las mujeres vino a definir el resultado en la balanza al final del día entre Donald Trump y la vicepresidenta Kamala Harris como contendientes. Mientras la candidata republicana se regodeaba con los magnates de la industria musical y hollywoodense acusados de abuso sexual, violencia y pedofilia, con quienes emprendió una campaña mediática proabortista multimillonaria, Trump acudía a votar después de recorrer todo el país en Florida», inició su reflexión.
Finalmente, en «¿Por qué ganó Trump y perdió Harris?», apunta las claves de la victoria del candidato republicano en las elecciones presidenciales estadounidenses. «Con 78 años de edad y ocho años después de su primer triunfo, Donald Trump volverá a la Casa Blanca al obtener una victoria aplastante por el gran impulso del 45 al 47% que este recibió de los entre votantes hispanos (conocedores de sobra de los peligros del socialismo en sus países de origen), entre el 42 y 43% de los afroamericanos y las mujeres en general, con un empuje tan singular como no se veía desde la década de los 60″, concluyó.