Pedro Nueno, profesor de la escuela de negocios IESE-Universidad de Navarra, presidente de la Escuela de Negocios Internacional China-Europa (Ceibs) y académico de número y presidente de la Sección de Ciencias Sociales de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), reflexiona sobre la actualidad y los retos de la economía española en este 2024 en los artículos «Saneando», «Presidiendo», «Mejorando», «Chinando», «¿Volando?» y «Burocratizando», que ha publicado en el diario «La Vanguardia» entre los meses de diciembre y enero.
En «Saneando», el académico aborda las predicciones pesimistas que muchos economistas trazan sobre la economía china, considerando que se trata de ajustes en una economía que presenta buenas perspectivas. «Algunos expertos predicen un difícil 2024 precisamente por estas cosas, una vuelta a unos balances equilibrados e incluso la posible caída de algunos hiperendeudados. Habrá más empresas cayendo por su mala financiación que por su capacidad tecnológica. Lo bueno es que tras la Covid y con la recuperación, en China han crecido notablemente los eventos, seminarios y cursos para empresarios. El país vuelve a ponerse en marcha hacia el primer puesto económico del mundo. Esperemos que el 2024 sea excelente», señala.
Por su parte, en «Presidiendo», el experto reflexiona sobre las dificultades que se encuentra cualquier empresa para invertir en España frente a las facilidades que ofrecen otros mercados. «Montar una planta en España le lleva a un inversor extranjero entre dos y tres años, en China menos de un año. La velocidad de las actividades empresariales está subiendo y hay que dirigir con velocidad. Si se nos ha ocurrido algo muy interesante, pero tardamos dos años en transformarlo en un producto, un servicio o un cambio relevante en un proceso industrial, es muy probable que cuando lleguemos a su puesta en marcha definitiva, algún competidor ya lo estará utilizando», explica.
En «Mejorando», Nueno retoma el debate sobre el futuro de la automoción, señalando que tanto de cara a la electrificación del sector como al mantenimiento de la combustión, España está muy bien situada para atraer inversiones. «Los fabricantes de coches van a sacar modelos nuevos, eléctricos sobre todo, pero también de combustión e híbridos, que tienen las dos cosas. Afortunadamente, parece que reconocen la realidad de que España es el mejor lugar de Europa para fabricar automóviles porque tenemos buenos trabajadores a un coste muy razonable, tenemos muy buenos proveedores de materias y componentes y nuestros ferrocarriles y nuestros puertos nos facilitan la exportación de vehículos aunque nuestro mercado también es relevante. Por supuesto tenemos muy buenos directivos y técnicos, muchos de ellos con años de experiencia trabajando en nuestro sector del automóvil, que siempre han tenido que hacerlo muy bien para que las empresas internacionales con plantas en España decidan mantener estas plantas e ir invirtiendo en ellas. Pronto irán viniendo también fabricantes chinos para entrar en el mercado europeo», considera.
Nueno incide en «Chinando» en la necesidad de muchas firmas españolas de aliarse con empresarios chinos para poder crecer o incluso explorar una venta. «En Europa tenemos muchas empresas pequeñas y medianas que no tienen un futuro claro. No tienen un buen nivel tecnológico que les permita mejorar sus productos hacia el futuro. No tienen una capacidad financiera para invertir en nuevas plantas o equipos industriales. Tienen competidores potentes. La dirección de estas empresas ha de evitar autoengañarse y aprovechar el despliegue de las empresas chinas a nivel internacional para vender su empresa. Si en su sector de repente aparece una multinacional de gran tamaño, una empresa China con adquisiciones internacionales, su futuro será muy complicado. A muchos empresarios, sugerirles vender su empresa les suena como un insulto, pero la internacionalización empresarial es una realidad inevitable y si no se tiene capacidad para hacerlo hay que ser rápido en salirse», argumenta.
En «¿Volando?», por otra parte, el académico se cuestiona el modelo de la huelga como medida de presión y negociación en los conflictos sociales. «En mi mundo de la dirección de empresas, las huelgas no se consideran un procedimiento para resolver problemas. Las soluciones han de conseguirse con negociación. Se pueden hacer públicos aspectos que no les guste ver en la prensa a los de alguna de las partes o incluso, si alguna decisión no es correcta, se pueden utilizar las leyes que ayuden a definir resultados. Lo que no tiene ningún sentido es que personas que se hicieron la ilusión de hacer un viaje en estas fechas, muchos con su familia, se encuentran con que lo que les trajeron los Reyes fue pasar una noche en un aeropuerto sin saber cuándo podrían volver a casa», afirma.
Finalmente, en «Burocratizando», Nueno recuerda la figura del desaparecido César Alierta, al que pone como ejemplo de empresario español con valía internacional capaz de luchas contra las dificultades intrínsecas de su propio mercado. «La realidad es que en España tenemos algunos empresarios (y empresarias) que tienen un nivel de primera línea en el entorno internacional. Gestionar esos niveles en España es más difícil que hacerlo en Estados Unidos, por ejemplo, donde el primer mercado es enorme y el gobierno no pone muchas pegas a las grandes empresas americanas. Gestionarlos en China también es más fácil que hacerlo en España porque el gobierno de China requiere tener ese tipo de empresas y está dispuesto a apoyarlas incluso económicamente», considera.