Aaron Ciechanover, premio Nobel de Química en 2004; Björn O. Nilsson, presidente de la Real Academia Sueca de Ciencias de la Ingeniería; Ismail Serageldin, director de la Biblioteca de Alejandría y exvicepresidente del Banco Mundial, y Josep Maria Gil-Vernet, pionero en numerosas técnicas urológicas, destacaron durante su ingreso como académicos de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) que se celebró el 20 de diciembre el papel altruista de la ciencia y de las instituciones que la cultivan como la clave de los avances médicos.

«Todo procede de la universidad y de instituciones científicas como esta Real Academia. Gracias a ese trabajo en común, a la transmisión de conocimiento, estamos haciendo grandes avances. A día de hoy, nuestra esperanza de vida ha aumentado 30 años el último siglo», señaló Ciechanover. «La biomedicina ha alcanzado unas metas que nunca habíamos soñado, y para llegar hasta aquí ha sido fundamental la transmisión de experiencias y tiempo para innovar», consideró Nilsson.

Serageldin destacó los inicios de la medicina en su país. «En Egipto nació la medicina, se dió nombre al cerebro y se estudiaron sus componentes. Y el egipcio Imhotep debe ser considerado el padre de la medicina». Gil Vernet, por su parte, destacó el papel fundamental de los antibióticos. «Tras su irrupción se lograron operaciones que no eran posibles hasta entonces», aseguró.