Teresa Freixes
Catedrática Jean Monnet ad personam, académica de número y vicepresidenta de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)

Artículo publicado en el portal especializado Atalayar el 28 de abril de 2021

Teresa Freixes Sanjuán

Dra. Teresa Freixes Sanjuán

Teresa Freixes, catedrática Jean Monnet ad personam, académica de número y vicepresidenta de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), reflexiona en el artículo «Un complicado camino para recorrer: la Conferencia sobre el Futuro de Europa», publicado el pasado 28 de abril por el portal especializado Atalayar, sobre la iniciativa anunciada por la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, en julio de 2019, para debatir sobre diferentes reformas en las instituciones de la Unión Europea. El pasado 3 de febrero los estados miembro aprobaron el formato de la conferencia, que se abrirá el 9 de mayo, Día de Europa.

«Se había advertido que la Conferencia tendría una duración de dos años, y que se tenía que contar con la participación de todas las instituciones de la Unión Europea, con los estados miembro (especialmente los Parlamentos) y, también, con la sociedad civil. Todos ellos estaban llamados a expresar su opinión, mediante los múltiples mecanismos de consulta que tiene establecidos la Unión, telemáticos unos y presenciales otros. Pero parece que, finalmente, su duración será de un año únicamente. No se trataría de una Convención de reforma de los Tratados, sino de un paso previo en el que se tendría que detectar si ello era necesario y/o posible y en qué materias. La pandemia alejó la posibilidad de audiciones presenciales y se puso en marcha la creación de una plataforma plurilingüe que permitiera suplir esa participación compleja en la medida de lo posible», explica la vicepresidenta de la RAED.

Para Freixes, no sólo la pandemia ha sido la causa del retraso en poner en marcha la Conferencia. Lo atribuye, más bien, a la rivalidad interinstitucional, puesto que ni la Comisión, ni el Parlamento Europeo, ni el Consejo de Europa querían ceder protagonismo. De hecho, su Presidencia será tripartita. La académica cita a destacados especialistas en materia institucional europea para tratar de determinar que el papel de la sociedad civil será por primera vez el gran protagonista de este foro. «Será importante seleccionar qué aspectos de las políticas de la Unión Europea podrían ser abordados sin necesidad de reformar los Tratados y cuáles otros precisarían de tal reforma. Porque la Conferencia podría también suscitar la idea de que podría ser necesaria una nueva Convención Europea, esa sí con poder normativo, que reforzara debidamente nuestro modelo de integración para poder hacer frente a los retos que tenemos planteados», concluye la académica.

La Conferencia, de entrada, se fija el objetivo de ofrecer a los ciudadanos un papel más importante en la configuración de las políticas y ambiciones de la Unión Europea, mejorando la resiliencia de la Unión frente a las crisis, ya sean económicas o sanitarias. Creará un nuevo foro público para un debate abierto, inclusivo, transparente y estructurado con los europeos sobre las cuestiones que les importan y afectan a su vida cotidiana. La Declaración Conjunta elaborada antes de su inicio ofrece una lista no exhaustiva de posibles temas para la Conferencia, tales como la salud, el cambio climático, la justicia social, la transformación digital, el papel de la Unión Europea en el mundo y la manera de reforzar los procesos democráticos que rigen la UE. Estos temas coinciden con las prioridades generales de la UE y con las cuestiones planteadas por los ciudadanos en las encuestas de opinión. En última instancia, los ciudadanos participantes decidirán qué temas debatirá la Conferencia, señalan las propias instituciones europeas.

 

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