Borja Corcóstegui, cofundador y director médico y científico del Instituto de Microcirugía Ocular y de la Escuela Europea de Estudios Avanzados en Oftalmología y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), desarrolló durante el II Congreso Interdisciplinario de la RAED, celebrado el pasado mes de febrero en el Hotel Balneario Vichy Catalán, en Caldes de Malavella (Girona), el actual concepto de visión artificial basada en los últimos estudios con células madre, terapia génica y desarrollo de la retina electrónica con una ponencia que llevó precisamente este título: «Visión artificial».

Pionero en la introducción y desarrollo de la vitrectomía en Europa y precursor en la unión de la investigación clínica y genética de retina, Corcóstegui explicó de forma sucinta y didáctica los actuales tratamientos con células madre, terapia génica e implantes retinianos para que personas con escasa o nula visión consigan recuperar la vista.

Dr. Borja Corcóstegui

Dr. Borja Corcóstegui

«Los requisitos para poder utilizar cualquiera de los sistemas de visión artificial mencionados es que la anatomía multicapas de la retina tenga una cierta integridad de las células transmisoras y que las condiciones de las células bipolares y células ganglionares tengan un grado de funcionalidad para poder transmitir las sensaciones luminosas a través del nervio óptico. Es decir, que estén alterados los fotorreceptores, y que la pérdida de visión sea por una falta de integridad de las células fotorreceptoras y de las células del epitelio pigmentado que ayudan también en la función receptora de forma fundamental. Muchas veces también hay alteración de los pequeños vasos coroideos que forman un conjunto con las estructuras celulares», señaló antes de abordar el desarrollo de las diferentes técnicas

Corcóstegui explicó cómo el ojo es un modelo terapéutico ideal para estimular las células supervivientes en un proceso patológico mediante los nuevos tratamientos biológicos. «Debido a que, con la retina sana, tenemos un privilegio inmunológico que nos da de forma natural la barrera vascular retiniana, también la facilidad y objetividad de las medidas funcionales del ojo facilita la valoración de su eficacia de la terapia. La posibilidad de una valoración de forma directa de las estructuras retinianas, también el ojo contra-lateral puede actuar como órgano de control al no ser tratado si tiene una enfermedad simétrica. Además es un órgano aislado en cierta manera al resto de organismo», detalló.