Enrique Sada
Historiador y colaborador habitual de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Artículo publicado en el portal especializado Código Libre el 21 de febrero de 2022
El historiador mexicano Enrique Sada, colaborador de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), incide en el artículo «Lágrimas de presidente», publicado en el portal especializado Código Libre el pasado 10 de diciembre, sobre el grave caso de corrupción que acecha al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tras trascender nuevas informaciones e imágenes de la conocida como la Casa Gris, una mansión alquilada por uno de sus hijos en Texas entre sospechas de irregularidades y tráfico de influencias. Unas noticias ante las que el mandatario reaccionó notablemente emocionado.
«En más de tres años de gobierno nunca se vio al presidente llorar por los muertos de la pandemia, entre personal médico y civiles a los que les negó recursos; ni por los niños fallecidos por cáncer a los que les quitó el tratamiento oncológico que antes de él recibían hasta gratis; ni por los más de 151 periodistas asesinados en su sexenio, ni por las víctimas de la línea 12 del metro, ni mucho menos por los desaparecidos y masacrados por el crimen organizado, cuyas víctimas, en público, le causaban risa incluso», denuncia el historiador.
El caso, que ha convulsionado a la sociedad mexicana y sobre el que según las encuestas realizadas por diversos medios de comunicación, ha afectado seriamente a la credibilidad del presidente mexicano, supone para Sada un duro golpe a la «farsa de su supuesta superioridad moral y la austeridad republicana que tanto vendía respecto a sus adversarios y antecesores, que se vino abajo ante los ojos del mundo». En un momento, además, en el que el país se enfrenta a la incertidumbre de la recuperación económica tras la pandemia.
«El país enfrenta una de las mayores crisis que hemos vivido desde la Revolución Mexicana. Una crisis social y económica, producto de una serie de escenarios domésticos tanto como a nivel internacional, y una crisis en nuestras instituciones públicas -las que aún quedan en pie- no gracias al Gobierno Federal y la clase política sino al empuje de la ciudadanía que subsiste y resiste, alzando su voz desde la sociedad civil organizada», concluye el colaborador de la RAED.