Josep Maria Sans Travé, profesor del Ateneu Universitari Sant Pacià, exdirector del Archivo Nacional de Cataluña y académico de número de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona y de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), expuso el papel de la Generalitat de Cataluña en la salvaguarda de numerosos religiosos y del patrimonio cultural de la Iglesia durante la Guerra Civil en el estudio «El salvament de béns i persones de l’Església durant la Revolució i Guerra Civil per part de la Generalitat (1936-1939)», que presentó durante el Ciclo de Ponencias que la RAED celebró, de forma paralela, en Barcelona y Madrid.
«A raíz del levantamiento militar de 1936 toda Cataluña fue sometida a la voluntad de los revolucionarios libertarios que hizo de la Iglesia católica y de sus dirigentes blanco de sus actuaciones, tanto en lo que se refiere a las personas como a sus bienes. El presidente Lluís Companys encomendó a los consejeros Josep Maria Espanya y Ventura Gassol las acciones encaminadas a salvar a estas personas y también los edificios y patrimonio cultural de su propiedad. Los citados consejeros salvaron a varios prelados y sacerdotes, facilitándoles la huida, principalmente por mar, hacia Francia e Italia. Al mismo tiempo, el consejero de Cultura, Gassol, organizó en todo el territorio catalán comisiones de salvamento del patrimonio cultural, con especial dedicación al de la Iglesia, el más expuesto a la acción de los revolucionarios», resumió el académico su trabajo.
Sans-Travé recordó el coste que en vidas humanas tuvieron las políticas de los movimientos revolucionarios organizados y algunos incontrolados contra el clero en Cataluña. En este sentido, recuperó las últimas cifras fruto de diversos estudios que contabilizan cuatro obispos asesinados, 270 sacerdotes en la Diócesis de Lleida (un 65% del total), 316 en la Diócesis de Tortosa (un 62%), 136 en la Diócesis de Tarragona (el 32,4%), 177 en la Diócesis de Vic (el 27%), 279 en la Diócesis de Barcelona (el 22%), 194 en la Diócesis de Girona (el 20%), 109 en la Diócesis de Urgell (el 20%) y 60 en la Diócesis de Solsona (el 13%).
«La persecución y ejecución de personas eclesiásticas continuó incluso durante la retirada republicana. La voluntad de exterminio de la religión y de los miembros de su organización, e incluso de haberlo logrado, queda patente en las palabras pronunciadas en un discurso por Andreu Nin, en agosto de 1936: ‘Había muchos problemas en España, que los republicanos burgueses no se habían preocupado de resolver. Uno de ellos era el de la Iglesia. Nosotros lo hemos resuelto totalmente, yendo a la raíz: hemos suprimido los sacerdotes, las iglesias y el culto'».
El académico, archivos en mano, explica en su trabajo cómo la acción de la Generalitat acabó resultando clave para proteger tanto a las personas amenazadas como el patrimonio artístico de la Iglesia y cómo el Govern participó activamente en la ayuda al exilio de muchos religiosos y personas vinculadas a la Iglesia. «Sin la acción de salvamento de la Generalitat, en la que durante los tres años de guerra y especialmente durante los primeros meses en que las calles del país fueron controladas por los revolucionarios, que de forma cruel dirigían sus rasgos, principalmente contra personas religiosas, las cifras de asesinatos, por supuesto, altísimas, aún lo habrían sido más», señala.
Doctor en Filosofía y Letras, Sans Travé es un profundo conocedor de la historia medieval y moderna de Catalunya y es autor de diversas obras de referencia de estos períodos, como de hecho lo es el discurso con el que ingresó en la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914: «Guillem de Guimerà, frare de l’hospital, President de la Generalitat i gran prior de Catalunya». También participó junto a otros académicos en la obra editada por la RAED junto a la Asociación Catalana de Contabilidad y Dirección en el año 2018 «Cómo investigar» (Profit Editorial), una práctica guía dirigida a alumnos de grado superior que cubre un vacío en el campo de la pedagogía de la investigación.