Maria Àngels Calvo, académica de número y presidenta de la Sección de Ciencias de la Salud de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), participó el pasado 27 de junio en la sesión académica sobre helicultura que organizó la Real Academia de Farmacia de Cataluña, de la que también es académica. Calvo intervino con la ponencia «Aspectos sanitarios y fases productivas. Actualidad y futuro», en la que explicó los trabajos que realizan de forma conjunta la Asociación Nacional para la Cría y Engorde del Caracol y el Grupo de Investigación en Microbiología Aplicada y Medioambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona, dirigido por la propia académica.
La helicultura se define como la cría a ciclo biológico completo de caracoles. El caracol terrestre Helix Aspersa Müller es el más utilizado en distintas regiones europeas como alimento, ya que destaca por su alta prolificidad y capacidad de adaptación al ambiente. Pero la cría de caracoles es una actividad ganadera y no está exenta de la manifestación de procesos patológicos de origen microbiológico que ocasionan pérdidas productivas. Actualmente, este tipo de ganadería tiene por objetivo la comercialización de un caracol de calidad, sometido a rigurosos controles sanitarios y zootécnicos para garantizar su inocuidad y seguridad como alimento.
El objetivo fundamental de las investigaciones que lidera Calvo es optimizar y generar metodologías que faciliten la correcta administración de la cepa probiótica Lactobacillus Plantarum, aislada de heces de caracoles sanos, y que contribuya a mejorar el estado sanitario de granjas destinadas a cría y engorde del caracol terrestre. Los resultados obtenidos hasta ahora, que presentó la académica, ponen de manifiesto que la contaminación detectada en la nave destinada a la reproducción de caracoles está relacionada con los microorganismos existentes en la microbiota intestinal de los animales, principalmente los de la familia Enterobacteriaceae.
En laboratorio, tras la administración a caracoles de distinta edad de pienso enriquecido con este Lactobacilus, los resultados permiten afirmar que modifica la microbiota del caracol, previene su mortalidad, incrementa el número de puestas y mejora la calidad microbiológica del pienso. En base a estos resultados se determina una mejora del estado sanitario de los caracoles gracias a la prevención de patologías de origen microbiano y modificación de la microbiota intestinal. «Todo ello -destacó Calvo- conlleva a una mejora productiva durante la crianza del caracol y aporta un valor agregado al producto final, con consecuente impacto positivo en su comercialización».