Ildefonso García Serena, decano emérito del Colegio de Marketing y Comunicación de Cataluña, ingresó como académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) durante una solemne sesión que se celebró en la Sala de Actos de Fomento del Trabajo, sede a su vez de la Real Corporación, el pasado 30 de noviembre. El acto pudo seguirse tanto de forma presencial como en streaming a través el canal de YouTube de la RAED, donde puede visionarse. El recipiendario leyó el discurso de ingreso «El motor creativo. Del Homo Sapiens a la inteligencia artificial». Le respondió, en nombre de la Real Academia, el académico de número y miembro de la Junta de Gobierno de la RAED Jaume Llopis.
Reconocido publicista y consultor en innovación, marketing y nuevos productos, el nuevo académico de honor inició su discurso introduciendo el concepto de creatividad, propio del ser humano, como «método intelectual que permite resolver un problema soluble en un campo de una forma útil y novedosa» para ofrecer ejemplos de su desarrollo y acotar su definición abordando la condición de solubilidad del problema, el campo y el ámbito de la creatividad, conceptos asociados como la utilidad y la originalidad, la diferencia entre invención y descubrimiento y la innovación y la creatividad para definir también el sujeto creador, el talento y su capacidad transformadora, la individualidad creadora, el papel de los genes en este proceso, la importancia, asimismo, del trabajo y la constancia, la influencia de la motivación, el sentimiento de libertad y la resiliencia, el reconocimiento, la autoconfianza y la formación en la creatividad, destacando el papel de una educación en la creatividad y el aprendizaje a lo largo de toda la vida.
Para García Serena, a todo ello cabe sumar y poner al servicio del proceso creativo la experiencia, la inteligencia y las emociones, que también constituyen a su entender un aspecto importante como fuente de la creatividad. A partir de ahí, trató de concretar el método creativo que cualquiera puede tratar de aplicar a su actividad profesional y de definir lo que dio en llamar el motor creativo y se cuestionó si la inteligencia artificial puede constituirse como tal. Tras presentar varios experimentos realizados por él mismo con las actuales herramientas de inteligencia artificial generativa, el experto aseguró que se abre un nuevo camino, aún inescrutable, en la creatividad. «Contra todo lo que se ha escrito hasta hace muy poco, en el sentido de que la inteligencia artificial no entenderá nunca las emociones humanas, mis pequeños experimentos dicen lo contrario, al menos algunas emociones. Aunque, por supuesto, las máquinas no las sienten. ¿Quiere decir eso que podrá crearlas ilimitadamente? Les aseguro que me gustaría pensar lo contrario, pero sabiendo que la capacidad de computación cuántica -puede estar al caer- multiplicará por un millón la capacidad de memoria de los ordenadores actuales, no he encontrado ningún argumento que me haga pensar lo contrario. Estamos, definitivamente, en un mundo nuevo», afirmó.
«Las máquinas serán parte de nuestras vidas, pero no serán nuestra vida. Es posible que en el futuro la vida se convierta en una forma habitual y continuada de cultura. Tenemos una memoria humana, pero podremos añadirle la memoria de silicio. Ésta tiene una gran ventaja: no contiene huellas del Neandertal, antropófago y salvaje. El motor creativo es el único que produce energía limpia e inagotable. El impulso creativo es el único que puede salvarnos, incluso de nosotros mismos. Mientras tanto, los niños y las niñas deberían estar siempre en el modo juego, también en la escuela, alejados de las tabletas y los móviles, en contacto con la naturaleza haciéndose muchas preguntas. Por ejemplo, por qué las hormigas pueden cargar cien veces su peso y las lagartijas pueden vivir sin cola. Para que después de estas preguntas tan importantes, vengan muchas más», concluyó.
García Serena ha dirigido importantes comités de innovación en diversas corporaciones internacionales, ha escrito más de 200 artículos, ensayos, libros costumbristas y novela. Como directivo, fue premio Líder de Marketing a los 29 años. Consagrado a la creatividad, fundó el grupo de comunicación Grey Iberia a partir de una pequeña agencia que, en base a su experiencia en marketing, desarrolló nuevos servicios y se convertiría en el tercer grupo de España. Forma parte del núcleo fundacional del Foro de Embajadores de la Real Academia.