Antonio Durán-Sindreu
Director del Máster en Fiscalidad de la Barcelona School of Management de la Universidad Pompeu Fabra y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Artículo publicado en el diario «La Vanguardia» el 10 de agosto de 2021
Antonio Durán-Sindreu, director del Máster en Fiscalidad de la Barcelona School of Management de la Universidad Pompeu Fabra y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED) reflexiona sobre las cargas fiscales que se dan en el recibo de la electricidad en el artículo «IVA, luz y alarma social», publicado en el diario «La Vanguardia» el pasado 10 de agosto. El académico se cuestiona por qué el Gobierno ha tardado tanto en aplicar un IVA reducido sobre este recibo, por qué en algunos supuestos y por qué lo ha hecho sin el aval de la Unión Europea tras escudarse durante meses en la imposibilidad de hacerlo si no era previa consulta.
«Lo que hace unos meses no parecía posible, ahora lo es: reducir el tipo de IVA de la luz. El artículo 102 de la directiva europea prevé que, previa consulta al Comité IVA, todo estado miembro puede aplicar un tipo reducido a las entregas de electricidad. En definitiva, bajar el tipo de IVA de la luz era y es posible. Cuestión distinta es si se ha hecho de forma correcta», inicia el académico su reflexión.
Para Durán-Sindreu, el Gobierno, según su propia argumentación para rebajar el gravamen, era ya consciente del problema de la imparable escalada del recibo antes de aplicar una medida que ha resultado apenas paliativa.
El académico, recientemente designado por la patronal Fomento del Trabajo Nacional como miembro de su nuevo grupo de expertos tributarios, señala que, de acuerdo a las argumentaciones del Ejecutivo, no parece que se hayan dado circunstancias sobrevenidas y extraordinarias, sino que se trata de un viejo problema sin solucionar y cuyo remedio no es un tema de IVA. «La coincidencia del incremento del precio de la luz con las medidas de racionalización energética hace sospechar que la verdadera urgencia es la de acallar las críticas que estas han tenido», señala.
«Todo aumento visible por el ciudadano duele y genera alarma social. No es de extrañar pues que quienes nos gobiernen, sean del signo que sean, se cuiden muy mucho de que los impuestos no se visualicen, ya que, de lo contrario, habría alarma social», concluye su argumentación Durán-Sindreu.