Cecilia Kindelán, profesora de comunicación y directora de los programas EMBA y PIDD de ESIC Business & Marketing School y académica de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «¿Es posible un futuro sin internet?», en el que plantea las consecuencias de la dependencia humana de la tecnología y las enormes dificultades para sobrevivir si internet sufriese un colapso, subrayando la importancia de abordar estos temas que a día de hoy se antojan una distopía en la sociedad actual.
«Internet se ha convertido en una parte tan fundamental, tan intrínseca, tan arraigada a nuestras vidas, que lo damos por sentado. Su presencia se ha hecho invisible porque está plenamente integrada en el engranaje del sistema, en su funcionamiento y en nuestras rutinas. Pero, ¿qué pasaría si en un futuro se cayera indefinidamente a consecuencia de ciberataques, saturación de la red o un simple fallo humano? Hace unos meses tuve la suerte de conocer a Esther Paniagua, periodista especializada en tecnología y ciberseguridad. Uno de sus libros es ‘Error 404’ y de su lectura planteo esta reflexión sobre las consecuencias de la dependencia humana de la tecnología», apunta la experta a través de su cuenta de LinkedIn, donde ha publicado esta ponencia.
Tras mencionar sonados incidentes de caídas de internet y ciberataques que afectaron gravemente a empresas y servicios, la académica aborda la relevancia de los datos en la sociedad actual, donde su recopilación y análisis son fundamentales en áreas como la salud, el hogar, la ciudad, la agricultura, la industria o el transporte, entre otros muchos ámbitos. Kindelán hace referencia a lo que el pensador Yuval Noah Harari denominó «dataísmo» como una religión que valora la contribución al procesamiento de datos como determinante del valor de una entidad y destaca la necesidad de proteger los datos y establecer una buena gobernanza en esta era, ilustrándolo con un incidente de un vehículo autónomo de Uber debido a la falta de entrenamiento de datos.
«Tras destacar todos estos riesgos de un ataque o una caída de internet, es difícil extraer una conclusión que no deje de ser algo impredecible. Para realizar este artículo he tomado como referencia a una de las autoras con más experiencia en la divulgación de temas de ciberdelincuencia, Esther Paniagua, y por esto me gustaría concluir con una frase suya: ‘Los desafíos son difíciles, pero están -como mucho- a la altura de enviar al hombre a la Luna, no de viajar más rápido que la luz'», concluye la experta este artículo de máxima actualidad.
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