Mireia Las Heras
Profesora de la Escuela de Negocios IESE, directora de la Conferencia Internacional Trabajo y Familia y de la Conferencia Internacional Mujer y Liderazgo de IESE y directora del Proyecto IFREI de Responsabilidad Familiar Corporativa y académica de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Reportajes publicados en los diarios «La Vanguardia» y «El Mundo» el 23 y el 27 de junio de 2021, respectivamente
Mireia Las Heras, profesora de la Escuela de Negocios IESE y académica de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), participa como experta en los reportajes «Del teletrabajo al modelo híbrido: los beneficios de trabajar en la oficina y en remoto», publicado por el diario «La Vanguardia» el pasado 23 de junio, y «Lecciones del mayor experimento laboral de la historia: así será el trabajo cuando volvamos de vacaciones», publicado por el diario «El Mundo» el 27 de junio. Ambas publicaciones toman como referencia el reciente estudio de IESE liderado por la propia académica «Un lugar de trabajo sostenible: hacia un modelo remoto y presencial».
Lo primero que destaca este completo trabajo, basado en datos y entrevistas recientes de diversos países europeos, es que un 36% de los empleados prefiere trabajar desde casa tres días a la semana y el 32%, solo dos días. Únicamente el 12% trabajaría siempre en remoto y un 4%, nunca. «A la gran mayoría de los empleados le parece bien que haya cierta fluidez, es decir, que se pueda teletrabajar dos o tres días a la semana y que esto varíe siempre que pueda combinarse con el trabajo en la oficina. La idea es tener lo mejor de los dos mundos», explica en «La Vanguardia» la académica, quien más allá de este informe ha investigado largamente los retos de la conciliación laboral y familiar como directora de la Conferencia Internacional Trabajo y Familia y de la Conferencia Internacional Mujer y Liderazgo de IESE y como directora del Proyecto IFREI de Responsabilidad Familiar Corporativa.
«En el mundo laboral habrá un antes y un después del coronavirus. La realidad ha quedado pulverizada por un experimento absolutamente universal prolongado durante muchos meses -prosigue Las Heras-. Lo primero que ha cambiado la pandemia es nuestra percepción sobre el trabajo en remoto. Si el 12 de marzo de 2020 nos hubieran preguntado, todos habríamos dicho que era imposible hacer la mayoría de nuestros trabajos desde casa. Hoy nos hemos dado cuenta de que sí era posible. Se ha conseguido y además se ha conseguido con muy pocos medios tecnológicos distintos a los que ya teníamos y sin un coste extraordinario».
En declaraciones a «El Mundo», la experta considera que hasta ahora las empresas creían que si se permitía el teletrabajo, todo el mundo se iría a casa, pero los hechos han demostrado que los trabajadores, sean del sector que sean, han dado otra respuesta muy distinta. «Muchos quieren volver a la oficina, pero nadie quiere volver en las mismas condiciones que antes de la pandemia. Íbamos a la empresa y nos conectábamos desde allí con Singapur, con Almería o con un compañero que estaba tres pisos más abajo. Ahora eso ya no es aceptable. El umbral de tolerancia a esas prácticas ha bajado y no volveremos a la oficina a hacer cosas que se pueden hacer perfectamente desde casa», considera.
Según su estudio, de ese 12% que querría trabajar en remoto para siempre, el 64% son mujeres de unos 40 años. La mayoría quieren cuidar mejor de su familia, ahorrar en transporte y tener más tiempo libre. En el otro extremo se sitúan los que no quieren teletrabajar nunca. La gran mayoría de ese 4% dice que no tiene los medios necesarios. Algo más de la mitad prefieren volver a la empresa para estar cerca de su equipo. «Vamos a un formato de ‘mesas calientes’, sin sitios fijos asignados y con más trabajadores que sillas. La oficina será solo un punto de encuentro», concluye Las Heras.
Leer el reportaje de «La Vanguardia»
Leer el reportaje de «El Mundo»