Joaquín Callabed
Presidente del Club de Pediatría Social, académico correspondiente de la Real Academia de Medicina de Zaragoza, de la Real Academia de Medicina de Catalunya y de la Real Academia de Nobles y Bellas Artes de San Luis y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED)
Artículo publicado en la revista corporativa «El dentista» en su edición de marzo de 2021
Joaquín Callabed, presidente del Club de Pediatría Social y académico de número y vicepresidente de la Sección de Ciencias de la Salud de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «Retorno al campo: Biescas, paisajes y gentes», que ha publicado en la edición correspondiente a marzo de la revista corporativa «El dentista», dirigida por Antonio Bascones, presidente de la Real Academia de Doctores de España.
En este artículo, el académico retoma sus reflexiones sobre el anhelo humano, en todas las civilizaciones, del retorno a la naturaleza. En su caso, lo representa en sus excursiones por el Pirineo aragonés, con el municipio de Biescas como eje, la Gascuña francesa o diversos rincones en Sant Pere de Ribes, en la comarca catalana del Garraf. «Necesitamos sentir el canto de la tierra como en la sinfonía de Gustav Mahler para tonificar nuestras arterias y mover nuestras emociones, pisando caminos de tierra batida, sintiendo los olores del campo, el canto de los pájaros, el viento peinando la hierba y sentir la poesía que emerge por los bosques. Ya dijo Virgilio que ‘la justicia antes de despedirse de la tierra dejó en los campos y bosques sus últimas pisadas'», inicia el académico su artículo.
«La añoranza por la vida en el campo viene de antiguo. Ptolomeo II Filadelfo era el poderoso rey de Alejandría en la primera mitad del siglo III a. C. Se lamentaba de que no podía disfrutar de los placeres sencillos de sus súbditos, a los que veía recostados tranquilamente en la ribera del Nilo. Había nacido el sentimiento bucólico. Por la misma época surgió el género de la poesía bucólica. Un poeta griego oriundo de la isla de Sicilia llamado Teócrito, compuso unos poemas llamados «Idilios». Viviendo en la superpoblada polis de Alejandría, añoraba e idealizaba la vida sencilla de los pastores en el campo. Dos siglos después, Virgilio escribió diez poesías bucólicas: las «Églogas», modelo de bucolismo para la cultura occidental», señaló el autor en una reflexión anterior sobre el tema compartida con la comunidad académica.
Callabed explica cómo sus días de verano suelen transcurrir con largos paseos por pueblos y ermitas, entre el disfrute de la naturaleza y el recuerdo de amigos que ya no están. Y en este caso rememora un paseo por la Gascuña francesa, donde visitó la ciudad de Auch y el pueblo de Caillavet en busca de sus raíces. «Hubo buenas charlas a
pie de chimenea con Julia, Vane y Axel, la perrita Coco y los gatos del jardín. La compañía de algunos libros y las lecciones que me dieron las personas que encontré en mi camino fueron muy buenas. La fotografía fue mi compañera durante muchos paseos. No se puede pedir más. Hay que detener los deseos», recuerda.
Sobre el Pirineo de su infancia, el académico esboza paisajes y personas estrechamente unidas a él en su imaginario. Y personajes que han marcado esos mismos paisajes, como el premio Nobel aragonés Santiago Ramón y Cajal. «En Aso nació el escritor Alejandro Oliván, que en el siglo XIX escribió sobre Fernando VII. De este pueblo deriva el apellido Cajal, del sabio Santiago Ramón y Cajal. El apellido Ramón procede al parecer de Isín. Un recuerdo para don Santiago, fruto de oro de estos parajes», señala con orgullo.