Mateo Valero, director del Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación y académico de honor de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), asegura en una entrevista concedida a la Universidad Internacional Menéndez Pelayo de Santander que la supercomputación juega un papel clave en que la lucha contra la crisis climática pueda resultar efectiva gracias a la posibilidad de simular multitud de escenarios con múltiples variables en cada uno de ellos. Valero participó el pasado julio junto a una nutrida representación de la RAED y de la Cámara de Comercio de España en el curso «El mundo global en revisión: política, industrialización, digitalización, competitividad y gobernanza», incluido en el programa de los reconocidos Cursos de Verano de esta universidad.

«El uso del supercomputador es casi la única posibilidad que se tiene de estudiar bien el cambio climático», afirma el académico en una entrevista difundida a través del canal de YouTube de la universidad. Para Valero, la ciencia ha avanzado gracias a tres factores elementales: las formulaciones matemáticas y físicas, los laboratorios y, con la aparición de las supercomputadoras, la simulación. La combinación de estos tres campos permitirá llevar a cabo una recreación de la Tierra al no existir un laboratorio donde se pueda realizar. «La única forma de concebir esta simulación es el desarrollo de un gemelo digital del planeta que se construiría con diferentes tipos de mallas situadas alrededor de la Tierra, y que medirán la presión, la temperatura y la humedad para ejecutar modelos físicos y matemáticos capaces de predecir su evolución», señala.

Dr. Mateo Valero Cortés

Dr. Mateo Valero

Estos gemelos digitales son programas que simulan algo que es real y que se quiere diseñar o fabricar, pero no se conoce todavía en su totalidad. En este sentido, Valero apunta como uno de los retos más grandes existentes a día de hoy en el mundo, junto a la lucha contra la crisis climática, es el de hacer un gemelo digital del cuerpo humano: una representación de cada uno de nosotros en el computador, con nuestro flujo sanguíneo, órganos, cerebro, ADN, y «miles de cosas que puedan servir para estudiar cómo influyen las enfermedades o cómo se curan», recoge la entrevista a la Menéndez Pelayo.

De hecho, en el Barcelona Supercomputing Center-Centro Nacional de Supercomputación, desarrolla actualmente ambiciosos proyectos como el Med-Gold, que lleva a cabo el Equipo de Investigación en Servicios Climáticos, o los que impulsa el Equipo de Inteligencia Artificial de Alto Rendimiento, los que corren a cargo del Equipo de Resiliencia en Salud Global, como es el caso del Harmonize, que establece las relaciones entre el cambio climático y la propagación de enfermedades infecciosas transmitidas por mosquitos (zika, dengue, chikungunya) en América Latina y el Caribe, o el IDAlert, que tiene como propósito contribuir a la vigilancia, alerta temprana y respuesta a enfermedades zoonóticas como la Covid-19.

Por su parte, el Equipo de Ciencias de la Vida trabaja en el desarrollo de gemelos digitales con fines sanitarios y en la actualidad simula el proceso de crecimiento de un tumor y el Equipo de Analítica de Datos y Visualización desarrolla un simulador de una ciudad completa que pueda prever, entre otras cosas, el comportamiento de los semáforos para entender cómo mejorar el flujo de tráfico. Por ahora ya han desarrollado un completo proyecto que permite optimizar la gestión en diversos ámbitos de un partido de fútbol en el Camp Nou, teniendo en cuenta la relación con todo el entorno.