
Dra. Maria Àngels Calvo
Maria Àngels Calvo, catedrática de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Autónoma de Barcelona, presidenta de la Academia de Ciencias Veterinarias de Cataluña, académica de número de la Real Academia de Medicina de Cataluña, de la Real Academia de Farmacia de Cataluña y académica de número y vicepresidenta de la Real Academia Europea de Doctores (RAED), comparte con la comunidad académica el artículo «La reticencia a las vacunaciones: un reto para la salud global», fruto del reciente y firme posicionamiento de la Real Academia de Farmacia de Cataluña a favor de las campañas vacunales como prevención de enfermedades e incluso pandemias.
Reconocida defensora e introductora del concepto One Health en España, Calvo participó el año pasado en representación del colectivo de veterinarios en la sesión científica «Una Salud (One Health). Un abordaje transdisciplinario», que se celebró en el Senado con la organización de la Real Academia de Ciencias Veterinarias de España, y en la mesa redonda que con motivo del Día Mundial contra la Rabia organizó el Consejo de Colegios Veterinarios de Cataluña de forma telemática. En ambas sesiones se destacó la importancia de abordar la salud pública de forma integral, con la veterinaria como parte esencial de la salud pública, dados los casos de zoonosis que acaban incidiendo sobre el ser humano. El último de ellos, la Covid. Asimismo fue reconocida por la publicación especializada Animal’s Health con el Premio Mujer del Año, como la mujer más influyente en Salud Animal y Veterinaria, atendiendo a su dilatada trayectoria profesional y académica.
La reticencia a las vacunaciones: un reto para la salud global

Las vacunas, junto con el suministro de agua potable, representan uno de los mayores éxitos de salud pública a la historia de la humanidad. Han contribuido de manera decisiva a la reducción de la mortalidad y la morbilidad infantil a escala global. El éxito de las estrategias de vacunación depende, en buena parte, de las percepciones de la población sobre los beneficios y los riesgos asociados. Hace falta un mejor conocimiento de las preocupaciones públicas sobre las vacunas y de los motivos que las impulsan para desarrollar estrategias y comunicaciones más efectivas.
La reticencia hacia las vacunas puede ser específica del país, la enfermedad y el tipo de vacuna. Los motivos pueden ser diversos: la desinformación en las redes sociales, la desconfianza sobre los profesionales sanitarios, las preocupaciones sobre los efectos secundarios, las narrativas de conspiración y los problemas de disponibilidad o accesibilidad.
Contexto histórico del activismo antivacunas:
La oposición a la vacunación no es nueva. Ya en el siglo XVIII, con la introducción de la vacuna contra la viruela, surgieron movimientos contrarios, a menudo liderados por profesionales sanitarios. Después de una relativa calma durante el siglo XX, los años 70 y 80 vieron un resurgimiento del movimiento antivacunas, especialmente a raíz de la vacuna de la tosferina. El punto de inflexión, sin embargo, se produce en el año 1998 con la publicación fraudulenta del estudio de Andrew Wakefield en «The Lancet» que vinculaba falsamente la vacuna contra el sarampión con el autismo.
Con la llegada del siglo XXI, los movimientos contrarios a las vacunas han sabido aprovechar las redes sociales y otros canales digitales para difundir mensajes de desinformación y crear comunidades de desconfianza hacia la ciencia y las instituciones sanitarias. La Organización Mundial de la Salud define la reticencia vacunal como «el retraso en la aceptación o la negativa a
vacunarse a pesar de la disponibilidad de los servicios de vacunación», y la clasifica como una de las diez principales amenazas para la salud global.
Principales determinantes de la reticencia vacunal:
- Influencias contextuales: factores socioeconómicos, religiosos, políticos, culturales y mediáticos, así como la confianza en las autoridades.
- Influencias individuales y grupales: experiencias personales, creencias en salud, conocimientos sobre las vacunas y confianza en el sistema sanitario.
- Factores relacionados con la vacuna: tipo de vacuna, modo de administración, calendario vacunal y recomendación profesional.
Estas variables pueden tener un impacto positivo o negativo en la actitud ante la vacunación y, por lo tanto, tienen que ser abordadas con estrategias específicas. La mayoría de personas reticentes
no rechazan totalmente las vacunas, sino que presentan dudas o vacilaciones, y por lo tanto, las suyas actitudes pueden ser modificables. Estudios recientes indican que la reticencia afecta un 20%
de los padres de niños menores de 6 años a escala global, aunque el rechazo total es inferior al 3%.
Estos datos ponen de manifiesto la importancia de desarrollar estrategias de comunicación personalizadas y contextualizadas. La existencia de bolsas de población con cobertura vacunal insuficiente puede provocar brotes epidémicos, incluso en países que tienen altas coberturas de vacunación porque ninguna vacuna tiene una efectividad del 100%. Por este motivo, se recomienda la vigilancia geoespacial para identificar áreas de riesgo e intervenir de manera proactiva.
Entre las estrategias para mejorar la aceptación de las vacunas destacan:
- El papel clave de los profesionales sanitarios: los profesionales de la salud son la fuente de información más fiable. Una recomendación sujeta y empática puede ser determinante para incrementar la aceptación vacunal de una gran parte de la población. Hay que formar a los profesionales para que respondan con rigor científico a dudas, mitos y desinformación, mediante una comunicación basada en la escucha activa.
- Las intervenciones individuales: aplicaciones móviles, mensajes personalizados y herramientas interactivas pueden mejorar el conocimiento, las actitudes y las creencias sobre las vacunas, especialmente en poblaciones con dudas moderadas.
- La comunicación poblacional y de salud pública: e más campañas masivas, recordatorios automáticos vía SMS, correo electrónico o teléfono han demostrado ser útiles para aumentar la cobertura de vacunación. Paralelamente, hay que combatir activamente la desinformación, que a menudo se propaga con más fuerza que la información veraz, con estrategias fundamentadas en la evidencia científica.
Riesgos futuros y escenarios de predicción:
El impacto de la no adherencia a la vacunación va mucho más allá de la salud de la población, ya que también representa una carga para los sistemas sanitarios, la economía y la salud pública global. Un estudio realizado en Estados Unidos investigadores de la Universidad de Stanford advierte, mediante modelos predictivos, que una disminución del 10% en la vacunación con la vacuna triple vírica podría provocar el retorno del sarampión como enfermedad endémica en solo cinco años, y de la rubéola en 18 años. Este escenario pone de manifiesto la necesidad urgente de preservar y mejorar los programas de vacunación, especialmente en un contexto de desinformación creciente, crisis humanitaria y tensiones políticas.
Conclusiones y posicionamiento:
La Real Academia de Farmacia de Cataluña manifiesta su preocupación por la reticencia vacunal, que pone en riesgo los hitos alcanzados con gran esfuerzo por parte de la comunidad científica y sanitaria internacional. Sin embargo, la institución expresa su firme compromiso con la promoción de la vacunación como herramienta esencial para mantener la salud pública, y recomienda:
- Reforzar la formación de los profesionales sanitarios en materia de vacunación y comunicación.
- Impulsar estrategias de comunicación poblacional contrastadas y basadas en la evidencia científica.
- Combatir activamente la desinformación mediante campañas coordinadas entre instituciones sanitarias, educativas y científicas.
- Mantener la vigilancia epidemiológica para identificar áreas de riesgo y prevenir brotes.
La Real Academia de Farmacia de Cataluña recuerda el papel de los farmacéuticos en el desarrollo, la promoción, la sensibilización y el asesoramiento sobre la vacunación, contribuyendo a la eliminación de obstáculos que impidan aumentar las coberturas actuales. Finalmente, la Real Academia hace un llamamiento a la sociedad a fin de que siga confiando en la ciencia y las vacunas como herramienta segura, eficaz y esencial para proteger la salud colectiva. Hace falta incrementar la financiación y profundizar en la investigación de las barreras actitudinales frente a la vacunación, porque las vacunas por sí solas no salvan vidas: son las vacunaciones las que lo hacen posible.