Francisco López Muñoz, profesor de Farmacología y vicerrector de Investigación, Ciencia y Doctorado de la Universidad Camilo José Cela y académico de número de la Real Academia Europea de Doctores-Barcelona 1914 (RAED), reflexiona sobre los avances de la psicofarmacología y sus exploraciones en el artículo «Hemos conseguido que los pacientes psicóticos y esquizofrénicos puedan vivir fuera de las instituciones psiquiátricas», publicado por la Fundación para el Conocimiento de Madrid el pasado 10 de julio en su web y difundido a través de sus canales de comunicación. El académico apunta las conclusiones de su última investigación, en colaboración con el Departamento de Química Orgánica del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y el profesor José Luis Marco-Contelles, en el diseño de moléculas multipotentes, capaces de actuar simultáneamente en diversos sistemas enzimáticos o receptores implicados en el progreso y desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, como la enfermedad de Alzheimer y otros trastornos como la isquemia cerebral.
«Mis principales líneas de investigación se han centrado en el campo de la psicofarmacología: las bases neurobiológicas de las drogodependencias y de la patología dual, las interacciones medicamentosas de los psicofármacos, la neurobiología de la agresividad, los tratamientos de combinación en pacientes con trastornos depresivos y psicóticos, el desarrollo de nuevas moléculas para enfermedades neurodegenerativas y, sobre todo, la historia de la psicofarmacología», explica López Muñoz. A su investigación junto al CSIC añade las que también lleva a cabo con el Departamento de Farmacología y Toxicología de la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense de Madrid, liderado por el profesor Alejandro Romero, en relación al papel terapéutico de la melatonina en diferentes patologías, como enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares, el cáncer, o enfermedades infecciosas como la Covid-19; y con el Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid -en este caso con el profesor Gabriel Rubio-, utilizando la metabolómica como herramienta para mejorar el conocimiento de síndrome metabólico asociado al tratamiento de pacientes esquizofrénicos con agentes antipsicóticos.
Asimismo, López Muñoz señala sus fructíferas investigaciones sobre la historia de la psicofarmacología, con una gran repercusión a nivel internacional, incluyendo el papel jugado por la serendipia en el descubrimiento de los psicofármacos, su empleo como herramienta de abuso institucional e incluso criminal por parte de regímenes totalitarios a lo largo del siglo XX o el análisis de las fuentes técnicas en materia terapéutica por parte de los más relevantes literatos españoles del Siglo de Oro, fundamentalmente Miguel de Cervantes. En este sentido, apunta la importancia de la divulgación como elemento fundamental de la investigación. «La divulgación científica constituye una de las tareas pendientes de los investigadores españoles, que permita hacer llegar a la sociedad, de una forma atractiva y no compleja, la labor diaria de los laboratorios y centros de investigación y los resultados de esta actividad. Pero se trata de una labor compleja, pues la forma de comunicar es muy diferente a la utilizada en los medios técnicos especializados y no todos los científicos están entrenados para ello. Afortunadamente, esto está cambiando en los últimos años, gracias, en gran medida, a la labor realizada por la plataforma The Conversation, que ha permitido dar la palabra a los propios investigadores, especialmente los universitarios, para la difusión y divulgación de sus proyectos científicos a gran escala. Prueba de ello es la enorme acogida por parte de medios de comunicación convencionales de los artículos de divulgación científica generados por esta plataforma», asegura.
López Muñoz apunta los retos que se fija en sus líneas abiertas de investigación y señala el potencial que presenta, en general, la psicofarmacología. «En el ámbito de la psicofarmacología, los resultados terapéuticos de los pacientes psiquiátricos irán mejorando con la integración de la investigación farmacológica, las nuevas técnicas diagnósticas de neuroimagen y el abordaje genético de estos cuadros. Evidentemente, este es el futuro y a ello dirigiremos nuestra actividad científica, con el objetivo de que el paciente psiquiátrico se vea notoriamente beneficiado, y por ende toda la sociedad», concluye.